LA DEGOLLACIÓN DE SAN JUAN BAUTISTA
Doble mayor
(ornamentos encarnados)
Herodes, enviando un alabardero,
ordenó traer la cabeza de Juan en una bandeja.
(Marcos 6, 27)
Lección
En aquellos días, se me dirigió la palabra de Dios en estos términos; Ciñe tu cintura, te alzarás y les dirás todo lo que yo te mande. No desmayes ante ellos, y no te haré yo desmayar delante de ellos; pues, por mi parte, mira que hoy te he convertido en plaza fuerte, en pilar de hierro, en muralla de bronce frente a toda esta tierra, así se trate de los reyes de Judá como de sus jefes, de sus sacerdotes o del pueblo de la tierra. Te harán la guerra, mas no podrán contigo, pues contigo estoy yo —oráculo de Yahveh— para salvarte.
Jr. I, 17-19
Evangelio
En aquel tiempo: Herodes hizo a prender a Juan y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con quien Herodes se había casado. Porque Juan decía a Herodes: “No te está permitido tener la mujer de tu hermano”. Herodías le aborrecía y quería matarle, pero no podía, pues Herodes temía a Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía; y al oírle, quedaba muy perplejo, y le escuchaba con gusto. Y llegó el día oportuno, cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a los tribunos y a los principales de Galilea. Entró la hija de la misma Herodías, danzó, y gustó mucho a Herodes y a los comensales. El rey, entonces, dijo a la muchacha: “Pídeme lo que quieras y te lo daré”. Y le juró: “Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino”. Salió la muchacha y preguntó a su madre: “¿Qué voy a pedir?”. Y ella le dijo: “La cabeza de Juan el Bautista”. Entrando al punto apresuradamente adonde estaba el rey, le pidió: “Quiero que ahora mismo me des, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista”. El rey se llenó de tristeza, pero no quiso desairarla a causa del juramento y de los comensales. Y al instante mandó el rey a uno de su guardia, con orden de traerle la cabeza de Juan. Se fue y le decapitó en la cárcel y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre. Al enterarse sus discípulos, vinieron a recoger el cadáver y le dieron sepultura.
Mc. VI, 17-29
Visto en: Santo Evangelio del Día (https://santoevangeliodia.blogspot.com/)