Santo Evangelio del Día: 26 de febrero

Febrero 24

SAN MATÍAS
Apóstol

Doble de segunda clase
(ornamentos encarnados)

Cayó la suerte a Matías,
con lo que fue agregado a los once Apóstoles
.
(Hechos 1, 26)

 

Lección

En aquellos días se levantó Pedro en medio de los hermanos y dijo –era el número de personas reunidas como de ciento veinte–: “¡Varones, hermanos! era necesario que se cumpliera la Escritura que el Espíritu Santo predijo por boca de David acerca de Judas, el que condujo a los que prendieron a Jesús. Porque él pertenecía a nuestro número y había recibido su parte en este ministerio. Habiendo, pues, adquirido un campo con el premio de la iniquidad, cayó hacia adelante y reventó por medio, quedando derramadas todas sus entrañas. Esto se hizo notorio a todos los habitantes de Jerusalén, de manera que aquel lugar, en la lengua de ellos, ha sido llamado Hacéldama, esto es, campo de sangre. Porque está escrito en el libro de los Salmos: ‘Su morada quede desierta, y no haya quién habite en ella’. Y: ‘Reciba otro su episcopado’. Es, pues, necesario que de en medio de los varones que nos han acompañado durante todo el tiempo en que entre nosotros entró y salió el Señor Jesús, empezando desde el bautismo de Juan hasta el día en que fue recogido de en medio de nosotros en lo alto, se haga uno de ellos testigo con nosotros de Su resurrección”. Y propusieron a dos: a José, llamado Barsabás, por sobrenombre Justo, y a Matías. Y orando dijeron: “Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra a quién de estos dos has elegido para que ocupe el puesto de este ministerio y apostolado del cual Judas se desvió para ir al lugar propio suyo”. Y echándoles suertes, cayó la suerte sobre Matías, por lo cual éste fue agregado a los once apóstoles.

Hechos I, 15-26

Evangelio

En aquel tiempo: Tomando Jesús la palabra, dijo: “Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera”.

Mateo XI, 25-30

Visto en: Santo Evangelio del Día (https://santoevangeliodia.blogspot.com/)

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