Santo Evangelio del Día: 18 de enero

Enero 18

LA CÁTEDRA DE SAN PEDRO EN ROMA

Doble mayor
(ornamentos blancos)

Nada temáis a los que matan el cuerpo
y no pueden matar el alma: temed antes
al que puede arrojar alma y cuerpo en el infierno.
(Mateo 10, 28)

Lección

Pedro, apóstol de Jesucristo, a los advenedizos de la diáspora en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos conforme a la presciencia de Dios Padre, por la santificación del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con su sangre: gracia y paz os sean dadas en abundancia. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo que, según la abundancia de su misericordia, nos ha engendrado de nuevo para una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos; para una herencia que no puede corromperse, ni mancharse, ni marchitarse, y que está reservada en los cielos para vosotros los que, por el poder de Dios, sois guardados mediante la fe para la salvación que está a punto de manifestarse en (este) último tiempo. En lo cual os llenáis de gozo, bien que ahora, por un poco de tiempo seáis, si es menester, apenados por varias pruebas; a fin de que vuestra fe, saliendo de la prueba mucho más preciosa que el oro perecedero –que también se acrisola por el fuego– redunde en alabanza, gloria y honor cuando aparezca Jesucristo.

I Pedro I, 1-7

Evangelio

En aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos la siguiente parábola: “El reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que salió muy de mañana a contratar obreros para su viña. Habiendo convenido con los obreros en un denario por día, los envió a su viña. Salió luego hacia la hora tercera, vio a otros que estaban de pie, en la plaza, sin hacer nada. Y les dijo: ‘Id vosotros también a mi viña, y os daré lo que sea justo’. Y ellos fueron. Saliendo otra vez a la sexta y a la novena hora, hizo lo mismo. Saliendo todavía a eso de la hora undécima, encontró otros que estaban allí, y les dijo: ‘¿Por qué estáis allí todo el día sin hacer nada?’. Dijéronle: ‘Porque nadie nos ha contratado’. Les dijo: ‘Id vosotros también a la viña’. Llegada la tarde, el dueño de la viña dijo a su mayordomo: ‘Llama a los obreros, y págales el jornal, comenzando por los últimos, hasta los primeros’. Vinieron, pues, los de la hora undécima, y recibieron cada uno un denario. Cuando llegaron los primeros, pensaron que recibirían más, pero ellos también recibieron cada uno un denario. Y al tomarlo, murmuraban contra el dueño de casa, y decían: ‘Estos últimos no han trabajado más que una hora, y los tratas como a nosotros, que hemos soportado el peso del día y el calor’. Pero él respondió a uno de ellos: ‘Amigo, yo no te hago injuria. ¿No conviniste conmigo en un denario? Toma, pues, lo que te toca, y vete. Mas yo quiero dar a este último tanto como a ti. ¿No me es permitido, con lo que es mío, hacer lo que me place? ¿O has de ser tú envidioso, porque yo soy bueno?’. Así los últimos serán primeros, y los primeros, últimos”.

Mateo XX, 1-16

Visto en: Santo Evangelio del Día (https://santoevangeliodia.blogspot.com/)

Utilizamos cookies en nuestro sitio web

Por favor confirme que acepta nuestras cookies de seguimiento. También puede rechazar el seguimiento para que pueda seguir vistiando nuestro sitio web sin que ningún dato sea enviado a servicios de terceros.