DOMINICA XXII DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
Semidoble
(ornamentos verdes)
Vivo yo o más bien no soy yo el que vivo,
sino que Cristo vive en mí, el cual me amó
y se entregó a sí mismo por mí
(Gálatas II, 20)
Lección
Hermanos: Firmemente convencido de que quien inició en vosotros la buena obra la irá consumando hasta el Día de Cristo Jesús. Y es justo que yo sienta así de todos vosotros, pues os llevo en mi corazón, partícipes como sois todos de mi gracia, tanto en mis cadenas como en la defensa y consolidación del Evangelio. Pues testigo me es Dios de cuánto os quiero a todos vosotros en el corazón de Cristo Jesús. Y lo que pido en mi oración es que vuestro amor siga creciendo cada vez más en conocimiento perfecto y todo discernimiento, con que podáis aquilatar lo mejor para ser puros y sin tacha para el Día de Cristo, llenos de los frutos de justicia que vienen por Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.
Filipenses I, 6-11
Evangelio
En aquel tiempo: Los fariseos se fueron y celebraron consejo sobre la forma de sorprender a Jesús en alguna palabra. Y le envían sus discípulos, junto con los herodianos, a decirle: “Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con franqueza y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas. Dinos, pues, qué te parece, ¿es lícito pagar tributo al César o no?”. Mas Jesús, conociendo su malicia, dijo: “Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Mostradme la moneda del tributo”. Ellos le presentaron un denario. Y les dice: “¿De quién es esta imagen y la inscripción?”. Dícenle: “Del César”. Entonces les dice: “Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios”.
Mateo XXII, 15-21
Visto en: Santo Evangelio del Día (https://santoevangeliodia.blogspot.com/)