Martirologio romano
En el monte Gargano, la venerable memoria de san Miguel Arcángel, cuando allí fue consagrada a su nombre una Iglesia, de poca apariencia en verdad, pero dotada de celestial virtud.
En Auxerre, san Fraterno, obispo y mártir.
En Tracia, el triunfo de los mártires san Eutiquio, san Planto y san Heracleo.
En Persia, los santos san Dadas, pariente del rey Sapor, santa Casdoa, su mujer, y san Gabdolas, su hijo; los cuales, despojados de sus honores, y desgarrados con varios tormentos, al cabo de larga prisión, fueron muertos a cuchillo.
En Armenia, santa Rípsimes y sus compañeras, vírgenes y mártires, en tiempo del rey Tiridates.
En Persia, santa Gudelia, mártir, la cual, por haber convertido muchísimos a Cristo, y por no querer adorar al sol ni al fuego, en tiempo del rey Sapor, al cabo de muchos tormentos, desollada la cabeza y clavada en un leño, mereció alcanzar el triunfo.
En Pontecorbo, junto a Aquino, san Grimoaldo, presbítero y confesor.
En Palestina, san Quiríaco, anacoreta.
En Nantes, san Victorino, venerado como confesor.
En isles, diócesis de Troyes, san Ursión, monje.
En Reims, san Luivino, obispo de Tréveris.
En Atino, cerca de Moncasino, san Fulgencio, obispo de dicha ciudad.
En Roma, el venerable Nicolás de Furche, de la orden de los Hieronimitas de Montebelo.
En Pavia, el venerable Bernardino de Feltre, franciscano.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S. J.