En Roma, el triunfo de los santos mártires Macario, Rufino, Justo y Teófilo.
En Alejandría, el martirio de los santos Cereal, Púpulo, Cayo y Serapión.
Allí mismo, la conmemoración de los santos presbíteros, diáconos y otros muchísimos, los cuales, en tiempo del emperador Valeriano, como cundiese una peste asoladora, sirviendo a los contagiados de la enfermedad, arrostraron de muy buena voluntad la muerte, y la religiosa piedad de los fieles acostumbra venerarlos como mártires.
En Roma, san Hilario, papa y confesor.
En el territorio de Lyon, en el monte Jura, el tránsito de san Román, abad, el primero que vivió allí vida eremítica, y, esclarecido en muchas virtudes y milagros, fue después padre de muchísimos monjes.
En Pavía, la Traslación del cuerpo de san Agustín, obispo, confesor y doctor de la Iglesia, desde la isla de Cerdeña, por obra de Luitprando, rey de los longobardos.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S.J.