DOMÍNICA TERCERA DESPUÉS DE PASCUA
Semidoble
(ornamentos blancos)
“Alma mía alaba al Señor: Toda mi vida alabaré al Señor:
mientras viviere al Señor cantaré”.
(Salmos CXLV,2)
Lección
Amados míos, os ruego que os abstengáis, cual forasteros y peregrinos, de las concupiscencias carnales que hacen guerra contra el alma. Tened en medio de los gentiles una conducta irreprochable, a fin de que, mientras os calumnian como malhechores, al ver (ahora) vuestras buenas obras, glorifiquen a Dios en el día de la visita. A causa del Señor sed sumisos a toda humana institución, sea al rey como soberano, o a los gobernadores, como enviados suyos para castigar a los malhechores y honrar a los que obran bien. Pues la voluntad de Dios es que obrando bien hagáis enmudecer a los hombres insensatos que os desconocen, (comportándoos) cual libres, no ciertamente como quien toma la libertad por velo de la malicia, sino como siervos de Dios. Respetad a todos, amad a los hermanos, temed a Dios, honrad al rey. Siervos, sed sumisos a vuestros amos con todo temor, no solamente a los buenos e indulgentes, sino también a los difíciles. Porque en esto está la gracia: en que uno, sufriendo injustamente, soporte penas por consideración a Dios.
I Pedro II, 11-19
Evangelio
En aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos: “Un poco de tiempo y ya no me veréis: y de nuevo un poco, y me volveréis a ver, porque me voy al Padre”. Entonces algunos de sus discípulos se dijeron unos a otros: “¿Qué es esto que nos dice: ‘Un poco, y ya no me veréis; y de nuevo un poco, y me volveréis a ver’ y: ‘Me voy al Padre’?”. Y decían: “¿Qué es este ‘poco’ de que habla? No sabemos lo que quiere decir”. Mas Jesús conoció que tenían deseo de interrogarlo, y les dijo: “Os preguntáis entre vosotros que significa lo que acabo de decir: ‘Un poco, y ya no me veréis, y de nuevo un poco, y me volveréis a ver’. En verdad, en verdad, os digo, vosotros vais a llorar y gemir, mientras que el mundo se va a regocijar. Estaréis contristados, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo. La mujer, en el momento de dar a luz, tiene tristeza, porque su hora ha llegado; pero, cuando su hijo ha nacido, no se acuerda más de su dolor, por el gozo de que ha nacido un hombre al mundo. Así también vosotros, tenéis ahora tristeza, pero Yo volveré a veros, y entonces vuestro corazón se alegrará y nadie os podrá quitar vuestro gozo”.
Juan XVI, 16-22
Visto en: Santo Evangelio del Día (https://santoevangeliodia.blogspot.com/)