FIESTA DE LA REALEZA DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
Doble mayor
(ornamentos blancos)
“Eres sobremanera admirable oh María
y tu rostro está lleno de gracia”.
(Ezequiel XV, 17)
Epístola
Yo salí de la boca del Altísimo, engendrada antes de toda creatura. En los altísimos cielos puse mi morada, y el trono mío sobre una columna de nubes. Puse mis pies en todas las partes de la tierra, y en todos los pueblos, y en toda nación tuve el supremo dominio, Yo sujeté con mi poder los corazones de los grandes y de los pequeños, en todos esos busqué donde posar, y en la heredad del Señor fijé mi morada. El que me escucha, jamás tendrá de qué avergonzarse; y los que se guían por mí, no pecarán. Los que me esclarecen, obtendrán la vida eterna.
Eclesiástico XXIV, 5,7, 9-11, 30-31
Evangelio
En aquel tiempo: Al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen prometida en matrimonio a un varón, de nombre José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrado donde ella estaba, le dijo: “Salve, llena de gracia; el Señor es contigo”. Al oír estas palabras, se turbó, y se preguntaba qué podría significar este saludo. Mas el ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia cerca de Dios. He aquí que vas a concebir en tu seno, y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado el Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre, y reinará sobre la casa de Jacob por los siglos, y su reinado no tendrá fin”.
Lucas I, 26-33