SAN SILVESTRE
Papa
Doble
(ornamentos blancos)
He combatido con valor, he concluido la carrera, he guardado la fe.
Nada me resta sino aguardar la corona de justicia que me está reservada.
(2 Timoteo 4, 7-8)
Lección
Hermanos: ¿No sabéis que en el estadio los corredores corren todos, pero uno solo recibe el premio? Corred, pues, de tal modo que lo alcancéis. Y todo el que entra en la liza se modera en todo; ellos para ganar una corona corruptible, y nosotros, en cambio, por una incorruptible. Yo, por tanto, corro así, no como al azar; así lucho, no como quien hiere el aire; sino que castigo mi cuerpo y lo esclavizo; no sea que, habiendo predicado a los demás, yo mismo resulte descalificado.
I Corintios IX, 24-27
Evangelio
En aquel tiempo: Propuso Jesús a sus discípulos esta parábola: “Semejante es el reino de los cielos a un padre de familia, que salió muy de mañana a contratar obreros para su viña. Habiendo convenido con los obreros en un denario por día, los envió a su viña. Salió luego hacia la hora tercera, vio a otros que estaban de pie, en la plaza, sin hacer nada. Y les dijo: ‘Id vosotros también a mi viña, y os daré lo que sea justo’. Y ellos fueron. Saliendo otra vez a la sexta y a la novena hora, hizo lo mismo. Saliendo todavía a eso de la hora undécima, encontró otros que estaban allí, y les dijo: ‘¿Por qué estáis allí todo el día sin hacer nada?’. Dijéronle: ‘Porque ‘nadie nos ha contratado’. Les dijo: ‘Id vosotros también a la viña’. Llegada la tarde, el dueño de la viña dijo a su mayordomo: ‘Llama a los obreros, y págales el jornal, comenzando por los últimos, hasta los primeros’. Vinieron, pues, los de la hora undécima, y recibieron cada uno un denario. Cuando llegaron los primeros, pensaron que recibirían más, pero ellos también recibieron cada uno un denario. Y al tomarlo, murmuraban contra el dueño de casa, y decían: ‘Estos últimos no han trabajado más que una hora, y los tratas como a nosotros, que hemos soportado el peso del día y el calor’. Pero él respondió a uno de ellos: ‘Amigo, yo no te hago injuria. ¿No conviniste conmigo en un denario? Toma, pues, lo que te toca, y vete. Mas yo quiero dar a este último tanto como a ti. ¿No me es permitido, con lo que es mío, hacer lo que me place? ¿O has de ser tú envidioso, porque yo soy bueno?’. Así los últimos serán primeros, y los primeros, últimos”.
Mateo XX, 1-16
Visto en: Santo Evangelio del Día (https://santoevangeliodia.blogspot.com/)