SANTOS JUAN Y PABLO
Mártires
Doble
(ornamentos encarnados)
Honrad a todos, amad a los hermanos,
temed a Dios, honrad al rey.
(1 Pedro 2, 17)
Epístola
Fueron misericordiosos estos hombres de bien, cuyas acciones justas no han quedado en olvido. Con su linaje permanece una rica herencia, su posteridad. En las alianzas se mantuvo su linaje, y sus hijos gracias a ellos. Para siempre permanece su linaje, y su gloria no se borrará. Sus cuerpos fueron sepultados en paz, y su nombre vive por generaciones. Su sabiduría comentarán los pueblos, su elogio lo publicará la Iglesia.
Eclesiástico XLIV, 10-15
Evangelio
En aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos: “Guardaos a vosotros mismos de la levadura –es decir de la hipocresía– de los fariseos. Nada hay oculto que no haya de ser descubierto, nada secreto que no haya de ser conocido. En consecuencia, lo que hayáis dicho en las tinieblas, será oído en plena luz; y lo que hayáis dicho al oído en los sótanos, será pregonado sobre los techos. Os lo digo a vosotros, amigos míos, no temáis a los que matan el cuerpo y después de esto nada más pueden hacer. Voy a deciros a quién debéis temer: temed a Aquel que, después de haber dado la muerte, tiene el poder de arrojar en la gehenna. Sí, os lo digo, a Aquel temedle”. “¿No se venden cinco pájaros por dos ases? Con todo, ni uno solo es olvidado de Dios. Aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No tenéis vosotros que temer: valéis más que muchos pájaros. Yo os lo digo: a quien me confesare delante de los hombres, el Hijo del hombre lo confesará también delante de los ángeles de Dios”.
Lucas XII, 1-8
Visto en: Santo Evangelio del Día (https://santoevangeliodia.blogspot.com/)