Santo Evangelio del Día: 14 de febrero

Miércoles de Ceniza

MIÉRCOLES DE CENIZA

Simple
(ornamentos morados)

“De todos te apiadas, oh Señor, y nada aborreces
de cuanto has hecho: disimulas los pecados de los
hombres si se arrepienten, los perdonas”
(Sabiduría XI, 24-25)

 

Epístola

Esto dice el Señor: Convertíos a Mí de todo vuestro corazón; con ayuno, con llanto y plañido. Rasgad vuestros corazones, y no vuestros vestidos, y volveos al Señor, vuestro Dios; porque Él es benigno y misericordioso, tardo para airarse y de mucha clemencia, y le duele el mal. ¿Quién sabe si volviéndose no se arrepentirá, y dejará tras sí bendición, ofrenda y libación para el Señor, vuestro Dios? Tocad la trompeta en Sión, promulgad un ayuno, convocad una solemne asamblea. Congregad al pueblo, convocad a junta; reunid a los ancianos, juntad a los párvulos y los niños de pecho; salga de su cámara el joven esposo, y de su tálamo la esposa. Entre el pórtico y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, y digan: “¡Apiádate, Señor, de tu pueblo, y no abandones al oprobio la herencia tuya, entregándolos al dominio de los gentiles! Por qué ha de decirse entre las naciones: ¿Dónde está su Dios?”. Perdón y prosperidad el Señor ardiendo en celos por su tierra, se ha compadecido de su pueblo; y respondiendo dice el Señor a su pueblo: Mirad, Yo os enviaré trigo, vino y aceite, y os saciaréis con ello; y no os haré ya más objeto de oprobio entre las naciones.

Joel II, 12-19

Evangelio

En aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos: “Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que fingen un rostro escuálido para que las gentes noten que ellos ayunan; en verdad, os digo, ya tienen su paga. Mas tú, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, a fin de que tu ayuno sea visto, no de las gentes, sino de tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará”. “No os amontonéis tesoros en la tierra, donde polilla y herrumbre (los) destruyen, y donde los ladrones horadan los muros y roban. Amontonaos tesoros en el cielo, donde ni polilla ni herrumbre destruyen, y donde ladrones no horadan ni roban. Porque allí donde está tu tesoro, allí también estará tu corazón”.

Mateo VI, 16-21

Visto en: Santo Evangelio del Día (https://santoevangeliodia.blogspot.com/)

Utilizamos cookies en nuestro sitio web

Por favor confirme que acepta nuestras cookies de seguimiento. También puede rechazar el seguimiento para que pueda seguir vistiando nuestro sitio web sin que ningún dato sea enviado a servicios de terceros.