MIÉRCOLES DENTRO DE LA SEGUNDA SEMANA DE CUARESMA
Simple
(ornamentos morados)
“Salva Señor, a tu pueblo y bendice a tu heredad”
(Salmos IX, 1)
Lección
En aquellos días: Hizo Mardoqueo oración al Señor, haciendo memoria de todas Sus obras, y dijo: “Señor, Señor, Rey omnipotente, en tu poder están todas las cosas, y no hay quien pueda resistir a tu voluntad, si has resuelto salvar a Israel. Tú hiciste el cielo y la tierra y todo cuanto en el ámbito del cielo se contiene. Tú eres el Señor de todas las cosas, ni hay quien resista a tu majestad. Ahora oh Señor y Rey, Dios de Abrahán, apiádate de tu pueblo; porque nuestros enemigos buscan cómo perdernos y acabar con tu heredad. No menosprecies tu posesión, que para Ti has rescatado de Egipto. Escucha mi súplica, y muéstrate propicio a tu nación y a la heredad tuya, y convierte nuestro llanto en gozo, para que viviendo alabemos, Señor, tu nombre, y no cierres las bocas de los que te alaban”.
Ester XIII, 8-11, 15-17
Evangelio
En aquel tiempo: Subiendo Jesús a Jerusalén, tomó aparte a los doce discípulos, y les dijo en el camino: “He aquí que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y escribas, y lo condenarán a muerte. Y lo entregarán a los gentiles, para que lo escarnezcan, lo azoten y lo crucifiquen, pero al tercer día resucitará”. Entonces la madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Él con sus hijos, y prosternose como para hacerle una petición. Él le preguntó: “¿Qué deseas?”. Contestole ella: “Ordena que estos dos hijos míos se sienten, el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, en tu reino”. Mas Jesús repuso diciendo: “No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz, que Yo he de beber?”. Dijéronle: “Podemos”. Él les dijo: “Mi cáliz, sí, lo beberéis; pero el sentaros a mi derecha o a mi izquierda, no es cosa mía el darlo, sino para quienes estuviere preparado por mi Padre”. Cuando los diez oyeron esto, se enfadaron contra los dos hermanos. Mas Jesús los llamó y dijo: “Los jefes de los pueblos, como sabéis, les hacen sentir su dominación, y los grandes su poder. No será así entre vosotros, sino al contrario: entre vosotros el que quiera ser grande se hará el servidor vuestro, y el que quiera ser el primero de vosotros ha de hacerse vuestro esclavo; así como el Hijo del hombre vino, no para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos”.
Mateo XX, 17-28
Visto en: Santo Evangelio del Día (https://santoevangeliodia.blogspot.com/)