DEDICACIÓN DE LAS BASÍLICAS DE SAN PEDRO Y SAN PABLO
Doble mayor
(ornamentos blancos)
¿No sabéis que vuestro cuerpo
es templo del Espíritu Santo
que reside en vosotros?
(1 Corintios 6, 19)
Epístola
Y vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo. Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: “Esta es la morada de Dios con los hombres. Pondrá su morada entre ellos y ellos serán su pueblo y él Dios —con— ellos, será su Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado”. Entonces dijo el que está sentado en el trono: “Mira que hago un mundo nuevo”. Y añadió: “Escribe: Estas son palabras ciertas y verdaderas”.
Apocalipsis XXI, 2-5
Evangelio
En aquel tiempo: Entró Jesús en Jericó, e iba pasando. Y he aquí que un hombre rico llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, buscaba ver a Jesús para conocerlo, pero no lo lograba a causa de la mucha gente, porque era pequeño de estatura. Entonces corrió hacia adelante, y subió sobre un sicomoro para verlo, porque debía pasar por allí. Cuando Jesús llegó a este lugar, levantó los ojos y dijo: “Zaqueo, desciende pronto, porque hoy es necesario que Yo me hospede en tu casa”. Y éste descendió rápidamente, y lo recibió con alegría. Viendo lo cual, todos murmuraban y decían: “Se ha ido a hospedar en casa de un varón pecador”. Mas Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: “Señor, he aquí que doy a los pobres la mitad de mis bienes; y si en algo he perjudicado a alguno le devuelvo el cuádruplo”. Jesús le dijo: “Hoy se obró salvación a esta casa, porque también él es un hijo de Abrahán. Vino el Hijo del hombre a buscar y a salvar lo perdido”.
Lucas XIX, 1-10
Visto en: Santo Evangelio del Día (https://santoevangeliodia.blogspot.com/)