VIERNES DE LAS TÉMPORAS DE PENTECOSTÉS
Semidoble
(ornamentos encarnados)
“Llénese mi boca de tus alabanzas
para que pueda cantar. se regocijarán
mis labios al cantarte”.
(Salmos LXX, 8)
Epístola
Esto dice el Señor: Alegraos, hijos de Sión, y regocijaos en Yahvé, vuestro Dios; porque Él os dará al Maestro de la justicia; y hará caer sobre vosotros las lluvias, la lluvia temprana y la tardía, como anteriormente. Se llenarán de trigo las eras, y los lagares rebosarán de vino y de aceite. Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el Nombre del Señor, vuestro Dios, que ha hecho maravillas en favor de vosotros; y nunca jamás será confundido mi pueblo. Sabréis que en medio de Israel estoy Yo, y que Yo soy el Señor, vuestro Dios, y que no hay otro; y jamás será avergonzado el pueblo mío.
Joel II, 23-24, 26-27
Evangelio
En aquel tiempo: Un día estaba Jesús ocupado en enseñar, y unos fariseos y maestros de la Ley estaban ahí sentados, habiendo venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea, así como de Jerusalén, y el poder del Señor le impelía a sanar. Y sucedió que unos hombres, que traían postrado sobre un lecho un paralítico, trataban de ponerlo dentro y colocarlo delante de Él. Y como no lograban introducirlo a causa de la apretura de gentes, subieron sobre el techo y por entre las tejas bajaron al enfermo, con la camilla, en medio (de todos), frente a Jesús. Viendo la fe de ellos, dijo: “Hombre, tus pecados te son perdonados”. Comenzaron entonces los escribas y los fariseos a pensar: “¿Quién es Éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?”. Mas Jesús, conociendo bien los pensamientos de ellos, respondioles diciendo: “¿Qué estáis pensando en vuestro corazón? ¿Qué es más fácil, decir: ‘Tus pecados te son perdonados’, o decir: ‘Levántate y anda?’. ¡Y bien! para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra potestad de perdonar pecados –dijo al paralitico– A ti te digo: ‘Levántate, toma tu camilla y ve a tu casa’”. Al punto se levantó, a la vista de ellos, tomó el lecho sobre el cual había estado acostado, y se fue a su casa glorificando a Dios. Y todos quedaron sobrecogidos de asombro y glorificaban a Dios; y penetrados de temor decían: “Hemos visto hoy cosas increíbles”.
Lucas V, 17-26
Visto en: Santo Evangelio del Día (https://santoevangeliodia.blogspot.com/)