DOMÍNICA XVIII DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
Semidoble
(ornamentos verdes)
Acuérdate Señor de tu alianza y no tengas
perpetuamente en el olvido a tus pobres criaturas.
(Salmos LXIII, 20)
Epístola
Hermanos: Doy gracias a Dios sin cesar por vosotros, a causa de la gracia de Dios que os ha sido otorgada en Cristo Jesús, pues en él habéis sido enriquecidos en todo, en toda palabra y en todo conocimiento, en la medida en que se ha consolidado entre vosotros el testimonio de Cristo. Así, ya no os falta ningún don de gracia a los que esperáis la Revelación de nuestro Señor Jesucristo. Él os fortalecerá hasta el fin para que seáis irreprensibles en el Día de nuestro Señor Jesucristo.
I Corintios I, 4-8
Evangelio
En aquel tiempo: Subiendo Jesús a la barca, pasó a la otra orilla y vino a su ciudad. En esto le trajeron un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: “¡Animo!, hijo, tus pecados te son perdonados”. Pero he aquí que algunos escribas dijeron para sí: “Este está blasfemando”. Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: “¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: ‘Tus pecados te son perdonados’, o decir: ‘Levántate y anda’? Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados —dice entonces al paralítico—: ‘Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa’”. Él se levantó y se fue a su casa. Y al ver esto, la gente temió y glorificó a Dios, que había dado tal poder a los hombres. Cuando se iba de allí, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice: “Sígueme”. Él se levantó y le siguió.
San Mateo IX, 1-8
Visto en: Santo Evangelio del Día (https://santoevangeliodia.blogspot.com/)