OCTAVA DE LA EPIFANÍA DE NUESTRO SEÑOR
Semidoble
(ornamentos blancos)
Vimos en oriente su estrella y hemos
venido con ofrendas a adorar al Señor
(Mateo 2, 2)
Epístola
Álzate Jerusalén y resplandece, porque viene tu lumbrera, y la gloria del Señor brilla sobre ti. Pues mientras las tinieblas cubren la tierra, y densa oscuridad a las naciones, se levanta sobre ti el Señor, y se deja ver sobre ti su gloria. Los gentiles vendrán hacia tu luz, y reyes a ver el resplandor de tu nacimiento. Alza tus ojos y mira en torno tuyo: todos estos se congregaron y vendrán a ti; vendrán de lejos tus hijos, y tus hijas serán traídas al hombro. Entonces lo verás, y te extasiarás; palpitará tu corazón y se ensanchará; pues te serán traídas las riquezas del mar; y te llegarán los tesoros de los pueblos. Muchedumbre de camellos te inundará, dromedarios de Madián y Efá. Todos ellos vienen de Sabá, trayendo oro e incienso y pregonando las glorias del Señor.
Isaías LX, 1-6
Evangelio
En aquel tiempo: Vio Juan a Jesús que venía hacia él, y dijo: “He aquí el cordero de Dios, que lleva el pecado del mundo. Éste es Aquel de quien yo dije: En pos de mí viene un varón que me ha tomado la delantera, porque Él existía antes que yo. Yo no lo conocía, mas yo vine a bautizar en agua, para que Él sea manifestado a Israel”. Y Juan dio testimonio, diciendo: “He visto al Espíritu descender como paloma del cielo, y se posó sobre Él. Ahora bien, yo no lo conocía, pero El que me envió a bautizar con agua, me había dicho: ‘Aquel sobre quien vieres descender el Espíritu y posarse sobre Él, Ése es el que bautiza en Espíritu Santo’. Y bien: he visto, y testifico que Él es el Hijo de Dios”.
Juan I, 29-34
Visto en: Santo Evangelio del Día (https://santoevangeliodia.blogspot.com/)