SANTA LUCÍA
Virgen y mártir
Doble
(ornamentos encarnados)
En esto se demostró la caridad de Dios hacia nosotros,
en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo,
para que por Él tengamos la vida.
(1 Juan, 4, 9)
Epístola
El que se gloríe, gloríese en el Señor. Que no es hombre de probada virtud el que a sí mismo se recomienda, sino aquel a quien el Señor recomienda. ¡Ojalá pudierais soportar un poco mi necedad! ¡Sí que me la soportáis! Celoso estoy de vosotros con celos de Dios. Pues os tengo desposados con un solo esposo para presentaros cual casta virgen a Cristo.
II Corintios X, 17-18 / II Corintios XI, 1-2
Evangelio
En aquel tiempo. Dijo Jesús a sus discípulos la siguiente parábola. “El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo; un hombre, habiéndolo descubierto, lo volvió a esconder, y en su gozo fue y vendió todo lo que tenía, y compró aquel campo. También, el reino de los cielos es semejante a un mercader en busca de perlas finas. Habiendo encontrado una de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró. También es semejante el reino de los cielos a una red que se echó en el mar y que recogió peces de toda clase. Una vez llena, la tiraron a la orilla, y sentándose juntaron los buenos en canastos, y tiraron los malos. Así será en la consumación del siglo. Saldrán los ángeles y separarán a los malos de en medio de los justos, y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Habéis entendido todo esto?”. Le dijeron: “Sí”. Entonces, les dijo: “Así todo escriba que ha llegado a ser discípulo del reino de los cielos es semejante al dueño de casa que saca de su tesoro lo nuevo y lo viejo”.
Mateo XIII, 44-52
Visto en: Santo Evangelio del Día (https://santoevangeliodia.blogspot.com/)