VIERNES DE PASIÓN
Simple
(ornamentos morados)
“No me abandones, Señor,
a merced de los que me persiguen”.
(Salmos XXVI, 12)
Lección
En aquellos días: Dijo Jeremías: Señor, todos los que te abandonan quedarán confundidos, los que se apartan de Ti, en la tierra serán escritos en el polvo, por haber dejado al Señor, la fuente de aguas vivas. ¡Sáname, Señor, y quedaré sano; sálvame, y seré salvo; porque Tú eres mi gloria! Mira que ellos me dicen: “¿Dónde está la palabra del Señor? ¡Que se cumpla!” Yo no he rehusado ser pastor en pos de Ti, ni he deseado el día aciago, Tú lo sabes; lo que salió de mis labios fue recto ante Ti. No quieras causarme temor, Tú eres mi refugio en el día malo. Sean avergonzados mis perseguidores, mas no quede avergonzado yo; tiemblen ellos, y no sea yo quien tiembla. Venga sobre ellos el día de la calamidad, quebrántalos con doble quebranto.
Jeremías XVII, 13-18
Evangelio
En aquel tiempo: Los sumos sacerdotes y los fariseos reunieron un consejo y dijeron: “¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchos milagros. Si le dejamos continuar, todo el mundo va a creer en Él, y los romanos vendrán y destruirán nuestro Lugar (santo) y también nuestro pueblo”. Pero uno de ellos, Caifás, que era Sumo Sacerdote en aquel año, les dijo: “Vosotros no entendéis nada, y no discurrís que os es preferible que un solo hombre muera por todo el pueblo, antes que todo el pueblo perezca”. Esto, no lo dijo por sí mismo, sino que, siendo Sumo Sacerdote en aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación, y no por la nación solamente, sino también para congregar en uno a todos los hijos de Dios dispersos. Desde aquel día tomaron la resolución de hacerlo morir. Por esto Jesús no anduvo más, ostensiblemente, entre los judíos, sino que se fue a la región vecina al desierto, a una ciudad llamada Efraím, y se quedó allí con sus discípulos.
Juan XI, 47-54
Visto en: Santo Evangelio del Día (https://santoevangeliodia.blogspot.com/)