MARTES DE LA OCTAVA DE PENTECOSTÉS
Doble de segunda clase
(ornamentos encarnados)
“El espíritu Santo el cual se digne
purificar nuestros corazones y de toda
adversidad nos defienda”.
(Juan XIV, 26)
Lección
En aquellos días: Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios les enviaron a Pedro y a Juan, los cuales habiendo bajado, hicieron oración por ellos para que recibiesen al Espíritu Santo; porque no había aún descendido sobre ninguno de ellos, sino que tan sólo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les impusieron las manos y ellos recibieron al Espíritu Santo.
Hechos VIII, 14-17
Evangelio
En aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos: “En verdad, en verdad, os digo, quien no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es un ladrón y un salteador. Mas el que entra por la puerta, es el pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas oyen su voz, y él llama por su nombre a las ovejas propias, y las saca fuera. Cuando ha hecho salir todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen porque conocen su voz. Mas al extraño no le seguirán, antes huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños”. Tal es la parábola, que les dijo Jesús, pero ellos no comprendieron de qué les hablaba. Entonces Jesús prosiguió: “En verdad, en verdad, os digo, Yo soy la puerta de las ovejas. Todos cuantos han venido antes que Yo son ladrones y salteadores, mas las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta, si alguno entra por Mí, será salvo; podrá ir y venir y hallará pastos. El ladrón no viene sino para robar, para degollar, para destruir. Yo he venido para que tengan vida y vida sobreabundante”.
Juan X, 1-10
Visto en: Santo Evangelio del Día (https://santoevangeliodia.blogspot.com/)