LUNES DE LA OCTAVA DE PENTECOSTÉS
Doble de primera clase
(ornamentos encarnados)
“Hablaban los Apóstoles, en varias lenguas,
las maravillas de Dios”.
(Hechos II, 4)
Lección
En aquellos días: Tomando Pedro la palabra, dijo: “En verdad conozco que Dios no hace acepción de personas, Él nos mandó predicar al pueblo y dar testimonio de que Éste es Aquél que ha sido destinado por Dios a ser juez de los vivos y de los muertos. De Éste dan testimonio todos los profetas (diciendo) que cuantos crean en Él, recibirán remisión de los pecados por su nombre”. Mientras Pedro pronunciaba aún estas palabras, descendió el Espíritu Santo sobre todos los que oían su discurso. Quedaron entonces pasmados los fieles de entre los circuncidados, que habían venido con Pedro, porque el don del Espíritu Santo se había derramado también sobre los gentiles. Pues los oían hablar en lenguas y glorificar a Dios. Por lo cual dijo Pedro: “¿Puede alguien prohibir el agua, para que no sean bautizados éstos que han recibido el Espíritu Santo como nosotros?”. Mandó, pues, bautizarlos en el nombre de Jesucristo. Después le rogaron que permaneciese algunos días.
Hechos X, 34, 42-48
Evangelio
En aquel tiempo: Dijo Jesús a Nicodemo: Amó tanto Dios al mundo: que no paró hasta dar su Hijo único, para que todo aquel que cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Porque no envió Dios su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo por Él sea salvo. Quien cree en Él no es juzgado, mas quien no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. Y éste es el juicio: que la luz ha venido al mundo, y los hombres han amado más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo el que obra mal, odia la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprobadas. Al contrario, el que pone en práctica la verdad, viene a la luz, para que se vea que sus obras están hechas en Dios.
Juan III, 16-21
Visto en: Santo Evangelio del Día (https://santoevangeliodia.blogspot.com/)