Martirologio romano
En Venecia, el tránsito de san Lorenzo Justiniano, primer patriarca de aquella ciudad y confesor; al cual, sobreabundantemente colmado de doctrina y soberanos carismas de divina sabiduría, puso en el catálogo de los santos el papa Alejandro VIII. Su fiesta se celebra el 5 de septiembre, día en que fue elevado a la cátedra episcopal.
En Beauvais de las Galias, los santos mártires Luciano, presbítero, Maximiano y Julián; los dos últimos fueron pasados a cuchillo por los verdugos; pero san Luciano, que junto con san Dionisio había ido a las Galias, después de sufrir horrible carnicería, como no se arredrase de confesar en alta voz el nombre de Cristo, pasó por la misma sentencia de los primeros.
En Libia, los santos mártires Teófilo, diácono, y Eladio, los cuales, lacerados primero, y punzados con muy agudos cascos, y últimamente arrojados al fuego, entregaron sus almas a Dios.
En Antón, san Eugeniano, mártir.
En Hierápolis de Asia, san Apolinar, obispo, que en tiempo de Marco Antonino Vero floreció en santidad y doctrina.
En Nápoles de Campania, el tránsito de san Severino, obispo, que fue hermano de san Victorino mártir, y después de obrar muchos milagros, lleno de santidad descansó en el Señor.
En Metz de Francia, san Paciente, obispo.
En Pavía, san Máximo, obispo y confesor.
En Ratisbona de Baviera, san Erardo, obispo.
En el país de los nóricos, san Severino, abad, que propagó entre aquellas gentes el Evangelio y fue llamado apóstol de los nóricos. Su cuerpo, milagrosamente llevado a Luculano, junto a Nápoles en la Campania, de allí fue después trasladado al monasterio de san Severino.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S.J.