Martirologio romano
En Nápoles de Campania, san Cayetano de Thiene, confesor, fundador de los Clérigos Regulares; el cual, por su extraordinaria confianza en Dios, dio a sus hijos por regla la primitiva forma de vida apostólica, y, esclarecido en milagros, fue puesto por el papa Clemente X en el número de los santos.
En Arezo de Toscana, el triunfo de san Donato, obispo y mártir, que, según escribe san Gregorio Papa, entre otros milagros, con la oración compuso un sagrado cáliz que habían roto los gentiles. En la persecución de Juliano Apóstata, fue preso por Cuadraciano Augustal, y rehusando sacrificar a los ídolos, consumó el martirio por la espada. Con él fue también martirizado san Hilarino monje, cuya festividad se celebra el 16 de julio, cuando fue trasladado su cuerpo a Ostia Tiberina.
En Roma, los santos mártires Pedro y Julián, con otros dieciocho.
En Milán, san Fausto, soldado, que en tiempo de Aurelio Cómodo, al cabo de muchos suplicios alcanzó la palma del martirio.
En Como, el suplicio de los santos mártires Carpóforo, Exanto, Casio, Severino, Segundo y Licinio, que por la confesión de Cristo fueron decapitados.
En Nísibe de Mesopotamia, san Domecio, monje persa, el cual, con dos discípulos suyos, en tiempo de Juliano Apóstata, murió apedreado.
En Ruan, san Victricio, obispo, el cual, siendo soldado en tiempo del mismo Juliano, arrojando, por confesar a Cristo, el cinto militar, fue atormentado por el tribuno con muchos suplicios y condenado a muerte; pero herido repentinamente de ceguera el verdugo que iba a ejecutar la sentencia, el santo, sueltas las prisiones, se fue libre. Más tarde, creado obispo, convirtió con su predicación a la fe de Cristo las indómitas gentes de Morinia y de Henao, y, por último, confesor descansó en paz.
En Chalons de Francia, san Donaciano, obispo.
En Mesina de Sicilia, san Alberto, confesor, de la Orden de Carmelitas, esclarecido en milagros.
En Limusín, san Licar, obispo.
En Claraval, el venerable Andelfo, monje.
En Jerusalén, el natalicio de san Narciso el Grande, obispo de aquella ciudad.
En Etiopía, san Damiata, confesor.
En la Cartuja de Pavia, el venerable Corrado de Maconis, cartujo.
En la diócesis de Frisinga, san Nantolino, peregrino, nacido en Volfratshuis cerca de Munich, donde hay una iglesia de su nombre.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S. J.