Martirologio Romano: 31 de enero

Martirologio romano

En Turín. el nacimiento al cielo de san Juan Bosco, confesor, fundador de la Sociedad Salesiana y del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora; insigne por el celo de las almas y por la propagación de la fe: al cual el sumo pontífice Pío XI puso en el catálogo de los santos.

En Barcelona, san Pedro Nolasco, confesor, que descansó en paz el 25 de diciembre.

En Roma, en la vía Portuense, los santos mártires Ciro y Juan, que por confesar a Cristo, después de muchos tormentos, fueron decapitados.

En Alejandría, el triunfo de san Metrano, mártir, a quien imperando Decio, por negarse a proferir, como los paganos le mandaban, palabras impías, molieron a palos todo el cuerpo, y taladrándole ojos y rostro con cañas agudísimas, sin cesar de atormentarle, le arrojaron fuera de la ciudad, y allí le apedrearon hasta expirar.

Allí mismo, los santos mártires Saturnino, Tirso y Víctor.

También en Alejandría, los santos mártires Tarsicio, Zótico, Ciríaco y sus compañeros.

En Cícico del Helesponto, santa Trifena, mártir, la cual, superados muchos tormentos, finalmente muerta por un toro, mereció la palma del martirio.

En Módena, san Geminiano, obispo, ilustre por la gloria de los milagros.

En territorio de Milán, san Julio, presbítero y confesor, en tiempo del emperador Teodosio.

En Nápoles, san Francisco Xavier María Bianchi, confesor, clérigo regular de san Pablo, ilustre por los prodigios, dones celestiales y su admirable paciencia; al cual el papa Pío XII elevó a los supremos honores de los santos.

En Roma, santa Marcela, viuda, cuyas preclaras alabanzas escribió san Jerónimo.

También en Roma, la beata Luisa Albertonia, viuda romana, de la tercera orden de san Francisco, esclarecida en virtudes.

El mismo día, la traslación de san Marcos Evangelista, cuando su sagrado cuerpo, de Alejandría, ocupada a la sazón por los bárbaros, conducido a Venecia, fue allí solemnísimamente colocado en la Iglesia mayor, dedicada a su nombre.

En Viterbo, santa Jacinta Marescoti, virgen, religiosa de la orden tercera de san Francisco, que habiéndose elevado animosamente sobre las seducciones del siglo y de la sensualidad, se esforzó constantemente en agradar a su divino esposo por su caridad, su humildad y sus mortificaciones corporales. Fue canonizada por el papa Pío VII.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.

 

Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S.J.

Utilizamos cookies en nuestro sitio web

Por favor confirme que acepta nuestras cookies de seguimiento. También puede rechazar el seguimiento para que pueda seguir vistiando nuestro sitio web sin que ningún dato sea enviado a servicios de terceros.