Martirologio romano
En Cerdeña, el triunfo de san Ponciano, papa y mártir, que deportado a aquella isla por el emperador Alejandro juntamente con Hipólito, presbítero, muerto allí a palos, consumó el martirio. Su cuerpo fue trasladado a Roma por el papa san Fabián y sepultado en el cementerio de Calixto. Pero su fiesta se celebra el 19 de noviembre.
En Egea de Cilicia, el suplicio de san Cenobio, obispo, y santa Cenobia, su hermana, en tiempo del emperador Diocleciano y del presidente Lisias.
En Altino, en territorio de Venecia, san Teonesto, obispo y mártir, que fue muerto por los arrianos.
En África, el triunfo de doscientos veinte santos mártires.
En Tánger de la Mauritania, el suplicio de san Marcelo, centurión, que fue padre de los santos mártires Claudio, Lupercio y Victorio, y consumó el martirio siendo decapitado de orden de Agricolao, lugarteniente del prefecto Pretoriano.
En Alejandría, trece santos mártires, que padecieron con san Julián, san Euno y san Macario, en tiempo del emperador Decio.
En Cagliari de Cerdeña, san Saturnino, mártir, que, en la persecución de Diocleciano, de orden del presidente Bárbaro, fue decapitado.
En Apamea de Frigia, san Máximo, mártir, en tiempo del mismo Diocleciano.
En León de España, los mártires san Claudio, san Lupercio y san Victorio, hijos de san Marcelo Centurión, los cuales, en la persecución de Diocleciano y Maximiano, por orden del presidente Diogeniano, fueron degollados.
En París, san Lucano, mártir.
En Alejandría, santa Eutropia, mártir, que, visitando a los mártires, fue apresada y, con ellos cruelísimamente atormentada, entregó su espíritu.
En Antioquía, san Serapión, obispo, muy esclarecido por su doctrina.
En Capua, san Germán, obispo y confesor, varón de gran santidad, cuya alma, al salir del cuerpo, vio san Benito ser llevada por Ángeles al cielo.
En Potenza de Lucania, san Gerardo, obispo.
En Issoudun en el Berri, san Talazo, corepíscopo en Auvernia.
En el mismo Berri, san Genitoux, confesor, bajo cuya advocación hay una iglesia en el Blanc.
En Lorena, el bienaventurado Nantier, abad de San Mihiel.
En Asia, san Artemas, discípulo de san Pablo.
En Etiopía, san Iraeo y san Atanasio, mártires.
En el ducado de Spoleto, san Félix de Janocastro.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S. J.