Martirologio romano
En Roma, los santos mártires Abdón y Senén, persas, los cuales, en tiempo de Decio, cargados de cadenas y conducidos a Roma, fueron primero, por confesar a Cristo, azotados con plomadas y luego pasados a cuchillo.
En Asís de Umbría, san Rufino, mártir.
En Tuburbo Lucernario de África, el triunfo de las santas vírgenes y mártires Máxima, Donatila y Segunda: a las dos primeras, en la persecución de Valeriano y Galieno, hicieron beber hiel y vinagre, azotaron hasta llagarles todo el cuerpo, estiraron en el potro, quemaron en parrillas y frotaron con cal sus llagas; después, echadas con Segunda, virgen de doce años, a las fieras, y no recibiendo daño, fueron las tres degolladas.
En Cesarea de Capadocia, santa Julita, mártir, la cual, reclamando en juicio los bienes que le había usurpado un hombre poderoso, y alegando éste que, como cristiana, no debía ser oída, mandó el juez que ofreciese incienso a los ídolos para poder oírla; y rehusándolo ella constantemente, arrojada en el fuego, entregó su espíritu a Dios, sin que su cuerpo recibiese daño de las llamas. San Basilio el Magno celebró sus alabanzas en un excelente panegírico.
Este mismo día, san Silvano, varón apostólico, quien predicó el Evangelio en las Galias.
En Abruzo, santa Justa, mártir.
En Egipto, san Bisoes, solitario, discípulo de san Sanúdas.
En Fayensa, san Terencio, diácono.
En Cantorbery, san Tatvin, noveno obispo de aquella ciudad.
En Auxerre, san Urso, obispo y confesor.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S. J.