Martirologio romano
La vigilia de san Andrés, apóstol.
En Roma, en la vía Salaria, el triunfo de los santos mártires Saturnino, anciano, y Sísimo, diácono, en el imperio de Maximiano; a los cuales, después de maltratarlos con larga prisión, ordenó el prefecto de la ciudad suspender en el potro, estirar con nervios, azotar con palos y escorpiones, aplicar teas encendidas y, bajándolos del ecúleo, degollarlos.
En Tolosa de Francia, san Saturnino, obispo, el cual, en tiempo de Decio, fue detenido por los paganos en el capitolio de aquella ciudad, y precipitado desde lo más alto de aquel alcázar por toda la gradería; con que rota la cabeza, saltados los sesos y destrozado todo el cuerpo, entregó su digna alma a Cristo.
Igualmente, el suplicio de los santos Paramón y trescientos setenta y cinco compañeros, en tiempo del emperador Decio y del presidente Aquilino.
En Ancira de Galacia, san Filomeno, mártir, el cual, en la persecución del emperador Aureliano, siendo presidente Félix, probado con el fuego, taladrados con clavos pies y manos, y últimamente la cabeza, consumó el martirio.
En Véroli de los Hérnicos, los santos mártires Blas y Demetrio.
En Todi de Umbría, santa Iluminada, virgen.
En Gevaudán, la venerable Rosada, muerta a puñaladas en defensa de la fe, con un hijo suyo de edad de diez años.
En los confines de la Lagenia y de la Momonia, provincias de Irlanda, san Brendano de Biorra, abad.
En Teledo, san Quirengo, obispo, sucesor de san Ildefonso.
En Gaudesheim, santa Adumada.
En Padua, el bienaventurado Crescenso, presbítero.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S.J.