Martirologio romano
En Alejandría, santa Catalina, virgen y mártir, que, encarcelada por la confesión de la fe cristiana, imperando Maximino, azotada después muchísimo tiempo con escorpiones, y finalmente degollada, consumó el martirio. Su cuerpo, maravillosamente llevado por los ángeles al monte Sinaí, es allí venerado con mucha piedad por multitud de fieles que acude a visitarle.
En Roma, san Moisés, presbítero y mártir, al cual, preso con otros en la cárcel, consoló muchas veces san Cipriano con sus cartas; combatió con ánimo inquebrantable, no sólo contra los gentiles, sino también contra los cismáticos y herejes novacianos, y por fin, según afirma san Cornelio Papa, en la persecución de Decio fue coronado de un eximio y admirable martirio.
En Antioquía, san Erasmo, mártir.
En Cesarea de Capadocia, el suplicio de san Mercurio, soldado, que, con el patrocinio del ángel de su guarda, venció a los bárbaros y triunfó de la crueldad de Decio; y, cargado de los trofeos de sus muchos tormentos, coronado del martirio, pasó al cielo.
En Emilia, provincia de Italia, santa Jocunda, virgen.
En Marsal, san Livier, mártir.
Este mismo día, san Próspero, confesor.
En Reims, san Reolo, obispo.
En Auragais, san Elán, titular de la catedral de Lavaur.
En Mutier Ruzel en la alta Marca, san Barbari, abad.
En Vercelles, san Flaviano, obispo.
Cerca de Bugbroc en el condado de Northampton en Inglaterra, san Alnoth, solitario, muerto por unos bandoleros, cuyo cuerpo está en Stove.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S.J.