Martirologio romano
En Ravena, el triunfo de san Apolinar, obispo, el cual, ordenado en Roma por el apóstol san Pedro y enviado a Ravena, padeció por la fe de Cristo muchos y diversos tormentos; después, predicando el Evangelio en la Emilia, apartó muchas gentes del culto de los ídolos; por fin, vuelto a Ravena, en tiempo del César Vespasiano, consumó un glorioso martirio.
En Mans de Francia, san Liborio, obispo y confesor.
En Roma, el tránsito, de santa Brígida, viuda, la cual, después de muchas peregrinaciones hechas a los santos lugares, inspirada del divino Espíritu, descansó. Su fiesta se celebra el día 8 de octubre.
Allí mismo, san Rósifo, mártir.
También en Roma, el suplicio de santa Primitiva, virgen y mártir.
Igualmente, los santos mártires Apolonio y Eugenio.
El mismo día, el triunfo de los santos mártires Trófimo y Teófilo, los cuales, en tiempo del emperador Diocleciano, apedreados, echados en el fuego, y, al fin, cortada la cabeza, fueron coronados del martirio.
En Bulgaria, muchísimos santos mártires, a quienes el impío emperador Nicéforo, que asolaba las iglesias de Dios, quitó la vida con diversos géneros de muerte: con la espada, y en la horca, con saetas, larga prisión y hambre.
En Roma, las santas vírgenes Rómula, Redenta y Erundina, de quienes escribe san Gregorio Papa.
En la diócesis de Seez en Francia, san Raveno, martirizado con su hermano san Rásifo, cuyos cuerpos se veneran en Bayeux.
En Cimimiez en las fronteras de la Prvenza y de Mónaco, san Valeriano, obispo, quien compuso muchas homilías.
En Arles, el bienaventurado Rostaingo, segundo de este nombre, arzobispo de aquella ciudad, ilustre por su humildad y caridad con los pobres.
En Egipto, san Versanofo, martirizado con otros dos.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S. J.