Martirologio romano
En Roma, los santos mártires Faustino, Timoteo y Venusto.
En África, los santos mártires Casto y Emilio, los cuales, por el tormento del fuego, consumaron el martirio. A éstos, como escribe san Cipriano, vencidos en el primer combate, hizo el Señor vencedores en el segundo; pues los que antes cedieron a la vista del fuego, fueron más fuertes que el fuego.
En Comana del Ponto, san Basilisco, mártir, a quien, en el imperio de Maximiano y bajo la presidencia de Agripa, calzaron chinelas de hierro sembradas de clavos candentes, y después de otros muchos tormentos, al fin decapitado y arrojado a un río, consiguió la gloria del martirio.
En Córcega, santa Julia, virgen, que en el suplicio de la cruz alcanzó la corona.
En España, santa Quiteria, virgen y mártir.
En Ravena, san Marciano, obispo y confesor.
En Pistoya de Toscana, san Atón, obispo, de la Orden de Valleumbrosa.
En una aldea de Auxerre, san Román, abad, el cual sirvió a san Benito en la cueva; y pasando después a las Galias, edificó allí un monasterio, donde, dejando muchos aspirantes a la santidad, descansó en el Señor.
En Aquino, san Fulco, confesor.
En Auxerre, santa Elena, virgen.
En Casia de Umbría, santa Rita, viuda, monja de la Orden de Ermitaños de san Agustín; la cual, muerto su marido, solamente amó al inmortal esposo Cristo.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S.J.