Martirologio romano
En Chipre, el tránsito de san Hilarión, abad, cuya vida, llena de virtudes y milagros, escribió san Jerónimo.
En Colonia, el triunfo de santa Úrsula y sus compañeras, las cuales, en defensa de la religión cristiana y de la virginidad, asesinadas por los Hunos, acabaron sus vidas con el martirio; los cuerpos de muchísimas de ellas fueron sepultados en Colonia.
En Ostia del Tíber, san Asterio, presbítero y mártir, que, según se lee en el martirio del papa san Calixto, padeció imperando Alejandro.
En Nicomedia, el triunfo de san Dasio, san Zótico, san Cayo y otros doce soldados, mártires, que después de diversos tormentos, fueron sumergidos en el mar.
En Lyon de Francia, san Viador, criado de san Justo, obispo de la misma ciudad.
En Maronia de Siria, cerca de Antioquía, san Malec, monje.
En un castillo de Laón, santa Cilinia, madre de san Remigio, obispo de Reims.
En Clermont en Auvernia, san Justo, arcediano de San Aliro.
En Burdeos, san Saurino, obispo.
En Meaux, santa Celina, virgen.
En Toley del Sara, san Vandelein, abad de aquel lugar.
En una isla del Sena cerca de Caudebec, san Conde, solitario.
En Italia, san Reparato, diácono y mártir, venerado particularmente en Nola.
En Escocia, san Munnu, cuarto abad de Hy.
En Monte Casino, el venerable Gebizon, monje.
Este propio día, el bienaventurado Guimon, tercer obispo de Breme.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S. J.