Martirologio romano
En Roma, el triunfo de santa Inés, virgen y mártir, la cual, por orden de Sinfronio, prefecto de la Ciudad, arrojada en el fuego, que se apagó por la oración de la Santa, fue pasada a cuchillo. De ella escribe san Jerónimo estas palabras: “En los escritos y lenguas de todo el mundo, especialmente en las iglesias, es alabada la vida de Inés, porque venció a la tierna edad y al tirano, y consagró con el martirio el título de la castidad”.
En Atenas, el triunfo de san Publio, obispo, que gobernó noblemente la iglesia de Atenas después de san Dionisio Areopagita, y, esclarecido en virtudes y señalado en doctrina, martirizado por Cristo, fue gloriosamente coronado.
En Tarragona de España, los santos mártires Fructuoso, obispo, Augurio y Eulogio, diáconos, los cuales, en tiempo de Galieno, primeramente echados en la cárcel y después arrojados a las llamas, y, quemadas las ataduras, extendieron las manos en forma de cruz, y puestos en oración consumaron el martirio. En el día de su triunfo predicó san Agustín un sermón al pueblo.
En el monasterio de Einsiedeln, en Suiza, san Meinrado, presbítero y monje, el cual, consagrado a la vida eremítica en aquel paraje, donde más tarde surgió dicho monasterio, fue muerto por unos ladrones. El cuerpo de este bienaventurado varón, sepultado antes en el monasterio Augiense de Alemania, fue llevado después al monasterio de Einsiedeln.
En Troyes de Francia, san Patroclo, mártir, que en tiempo del Emperador Aureliano mereció la corona del martirio.
En Pavía, san Epifanio, obispo y confesor.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S.J.