Martirologio romano
En Roma, la conmemoración de muchísimos santos mártires, que, menospreciando el edicto del emperador Diocleciano, que les mandaba a entregar los libros sagrados, prefirieron dar sus cuerpos a los verdugos antes que las cosas santas a los perros.
En Antioquía, el martirio de san Isidoro, obispo.
En Tomis del Ponto, los tres santos hermanos Argeo, Narciso y el niño Marcelino. Este último, en el imperio de Licinio, apresado entre soldados bisoños, y no queriendo seguir la milicia, fue por esto mortalmente herido con azotes y maltratado mucho tiempo en la cárcel, y, por último, sumergido en el mar, consumó el martirio; sus hermanos fueron pasados a cuchillo.
En Milán, san Martiniano, obispo.
En Nitria de Egipto, san Isidoro, obispo y confesor.
En el mismo día, san Siridión, obispo.
En la Tebaida, san Macario Alejandrino, presbítero y abad.
En el monasterio de Corbie, en la Galia Ambianense (hoy Francia), san Adalardo, abad, que dispuso las cosas para que todos tuviesen lo necesario, de modo que nadie abundase en lo superfluo o pereciese por la miseria, y así dieran alabanza a Dios.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S.J.