Martirologio romano
La Cátedra de san Pedro Apóstol, cuando por primera vez la asentó en Roma.
En el mismo lugar, el triunfo de santa Prisca, virgen y mártir; la cual en tiempo del emperador Claudio, al cabo de muchos tormentos, fue coronada del martirio.
En el Ponto, el triunfo de los santos mártires Moseo y Amonio, soldados, los cuales fueron primeramente condenados a trabajar en las minas, y, por último, entregados a las llamas.
Allí mismo, san Atenógenes, antiguo teólogo, que, estando para consumar el martirio por el fuego, cantó gozoso un himno que dejó escrito a sus discípulos.
En Tours de Francia, san Volusiano, obispo, el cual, preso por los godos, dio su espíritu a Dios en el destierro.
En el monasterio de Lure, en Borgoña, san Deícola, abad, natural de Irlanda, que fue discípulo de san Columbano.
En Tours de Francia, san Leobardo, recluso, que resplandeció por su admirable abstinencia y humildad.
En Como, santa Librada, virgen.
En Buda de Hungría, santa Margarita, virgen, de la real familia de los Árpades, monja de la Orden de santo Domingo, insigne por la virtud de la castidad y por la rigurosísima penitencia, a la cual el sumo pontífice Pío XII inscribió en el catálogo de las santas vírgenes.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S.J.