Martirologio Romano: 15 de noviembre

Martirologio romano

Santa Gertrudis, virgen. Hácese memoria de su tránsito el 17 de este mes.

En Colonia, san Alberto, obispo y confesor, de la orden de Predicadores, apellidado Magno, célebre en santidad y doctrina, al cual el papa Pío XI declaró Doctor de la Iglesia universal; y Pío XII le constituyó celestial Patrono ante Dios de los que cultivan las ciencias naturales.

El mismo día, el triunfo de san Eugenio, obispo de Toledo y mártir, que fue discípulo de san Dionisio Areopagita, y en el territorio de París, terminado el curso de su martirio recibió del Señor la corona de los mártires. Su cuerpo fue más tarde trasladado a Toledo en España.

En Nola de Campania, san Félix, obispo y mártir, que, desde la edad de quince años resplandeció en milagros, y presidiendo Marcialno, terminó con otros treinta compañeros la lucha del martirio.

En Edesa de Mesopotamia, el martirio de san Abibo, diácono, que, imperando Licinio y siendo presidente Lisania, despedazado con uñas de hierro, fue arrojado a la hoguera.

Allí mismo, los santos mártires Gurías y Samonas, en tiempo del emperador Diocleciano y presidiendo Antonino.

En África, los santos mártires Segundo, Fidenciano y Várico.

En Archiac, territorio de Saintes, el tránsito de san Macuto, obispo de Alet en Francia, el cual, nacido en Inglaterra, desde su primera niñez comenzó a resplandecer en milagros.

En Verona, san Luperio, obispo y confesor.

En Kahlemberg, cerca de Viena de Austria, san Leopoldo, marqués de aquella provincia, a quien el papa Inocencio VIII puso en el catálogo de los santos.

En Bretaña, la fiesta de san Maló, obispo, en quien brilló el don de milagros desde su más tierna infancia.

En Bretaña, san Carné, venerado como mártir en Dinan.

En el Limosín, san Juniano, recluso.

En el Mans, san Pavino, abad.

En la diócesis de Albi, san Gerio, obispo de Cahors.

En Malamort, san Cezadro, obispo de Limoges.

Cerca de Mortagne, en el Perche, santa Serona, virgen.

En Toul, san Arnou, obispo.

En el Monte Valeriano cerca de París, el venerable Juan el Conde, solitario, que nunca comía hasta después de puesto el sol.

En Hipona de África, los santos mártires Fidencio, obispo, Calendión, Parant y otros dieciséis, en cuyo número se hallaban santa Valeriana y santa Victoria, a quienes menciona san Agustín en el primero de los tres sermones que compuso sobre estos veinte mártires.

Entre los griegos, san Demetrio de Dabuda, mártir, bajo Máximo Daza.

En Spira, san Segundino, mártir.

Cerca de Vaserburgo en Baviera, los santos mártires Marino y Aniano.

En Italia, la bienaventurada Luca de Narni, de la orden tercera de santo Domingo.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.

 

Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S.J.

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