Martirologio romano
San Eduardo, rey de los ingleses y confesor, que descansó en el Señor el día 5 de enero, pero es venerado principalmente en este día, a causa de la traslación de su cuerpo, hallado incorrupto treinta y seis años después de su muerte.
En Tróade, ciudad del Asia Menor, el triunfo de san Carpo, que fue discípulo de san Pablo Apóstol.
En Córdoba de España, el suplicio de los mártires san Fausto, san Jenaro y san Marcial; los cuales, atormentados primero en el ecúleo, raídas luego las cejas y arrancados los dientes, cortadas las orejas y la nariz, en el suplicio del fuego consumaron por fin el martirio.
En Salónica, san Florencio, mártir, que, al cabo de varios tormentos, fue consumido en la hoguera.
En Stokerau de Austria, san Colmano, mártir.
En Antioquía, san Teófilo, obispo, el sexto después de san Pedro Apóstol que ocupó la silla Pontifical de aquella Iglesia.
En Tours de Francia, san Venancio, abad y confesor.
En Subiaco del Lacio, santa Celedonia, virgen.
En Covern cerca de Coblen, san Luveins, párroco, ordenado de sacerdote por san Maximino de Tréveris.
En Marsella, san Antonino, obispo, cuyo cuerpo, que estaba en San Cannat, fue transferido a la iglesia mayor en 1277.
En Saligny en el Limosín, san Leobon, solitario.
Cerca de Gannat en Aubernia, santa Procla, martirizada en defensa de su virginidad.
También en Auvernia, san Gerodo, barón de Austrillac, cuya vida llena de brillantes virtudes ha sido escrita en cuatro libros por san Odón, segundo abad de Cluny.
En Spira, el venerable Rembauto, ilustre por su piedad y erudición, quien, de monje de Hirsauge, fue hecho obispo de aquella ciudad.
En Foingny en Lannois, el bienaventurado Gerbranco, abad de Clercamp en Frisa, de la Orden del Cister.
Cerca de Génova, san Remo, confesor, obispo de aquella ciudad.
En Apulla, san Marcos, obispo de la antigua ciudad de Eques, cuya silla ha sido transferida a Troya.
En Trimo en el condado de Meath de la provincia de Lagenia en Irlanda, santa Finseca, virgen, cuyas reliquias son veneradas en aquel lugar con las de otros diecisiete santos, de los cuales tres tenían el mismo nombre de Edo.
En Escocia, santa Frudoca, virgen.
En Ausburgo, el bienaventurado Simberto, obispo de aquella ciudad.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S. J.