Martirologio romano
En Roma, san Anacleto, papa y mártir; el cual gobernó la Iglesia de Dios después de san Clemente, y la hermoseó con su ilustre martirio.
En Bamberga, el tránsito de san Enrique I, emperador de los romanos y confesor; el cual guardó perpetua virginidad con su esposa santa Cunegunda, y redujo a san Esteban, rey de los húngaros, con casi todo su reino, a recibir la fe de Cristo. Su fiesta se celebra el día 15 de este mes.
En Palestina, los santos Joel y Esdras, profetas.
En Macedonia, san Silas, uno de los primeros fieles que, elegido por los apóstoles, juntamente con Pablo y Bernabé, para la conversión de los gentiles, cumplió el ministerio de la predicación con el celo de un hombre lleno de espíritu de Dios, y glorificando a Cristo con sus padecimientos, poco después descansó.
Asimismo, san Serapión, mártir, que siendo emperador Severo y presidente Áquila, llegó por el fuego a la corona del martirio.
En la isla de Chío, santa Mirope, mártir, que siendo emperador Decio y presidente Numeriano, molida a palos, pasó al Señor.
En África, los santos confesores Eugenio, obispo de Cartago, esclarecido por su fe y virtudes, y de todo el clero de aquella Iglesia, que subía a quinientas o más personas, entre ellos muchísimos niños lectores; los cuales, en la persecución vandálica, reinando Hunerico, arriano, después de golpeados, y afligidos del hambre, padecieron con alegría por el Señor un cruel destierro a lejanas tierras. Descollaban entre ellos Salutario, arcediano, y Murita, segundo en el grado de los ministros eclesiásticos, los cuales, confesando tres veces la fe, ambos se ennoblecieron con el glorioso título de confesores de Cristo.
En la Bretaña Menor, san Turiavo, obispo y confesor, varón admirable por su sencillez e inocencia, de vida.
En Albaterra cerca de Clermont en Auvernia, santa Perenela, de la orden premonstratense.
En Trieste, san Zenón y santa Justina, mártires.
En las frenteras de Egipto y de Etiopía, san Batalán, mártir.
En Moromil en Frigia, el natalicio de los santos mártires Neón, Nicón y Heliodoro.
En el desierto de Escete en Egipto, santa Sara, virgen.
En la Laura de san Sabas en Palestina, san Esteban el Taumaturgo, monje, sobrino de san Juan Damasceno.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S. J.