Martirologio romano
En Zaragoza España, Nuestra Señora del Pilar.
En Brasil, Nuestra Señora de Aparecida.
En Roma, san Evagrio y san Prisciano, mártires, y sus compañeros.
En África, cuatro mil novecientos sesenta y seis santos confesores y mártires en la persecución vandálica, reinando Hunerico Arriano. De ellos, siendo unos obispos de varias Iglesias de Dios; otros presbíteros y diáconos, con gran muchedumbre de fieles que se les unieron, por defender la verdad católica fueron, arrojados a un horrible desierto; muchísimos de entre ellos, al ser cruelmente conducidos por los moros, forzados con los cuentos de las lanzas a correr, o apedreados, terminaron su glorioso martirio; otros atados los pies y arrastrados como cadáveres por lugares ásperos y escabrosos y despedazados todos los miembros, finalmente, con varios géneros de tormentos celebraron el martirio. Entre todos fueron los más ilustres sacerdotes del Señor los obispos san Félix y san Cipriano.
En Ravena, en la vía de Loreto, el triunfo de san Edistio, mártir.
En Licia, santa Domnina, mártir, en tiempo del emperador Diocleciano.
En Celene de Pannonia, san Maximiliano, obispo de Lorch.
En Inglaterra, santa Etelburga, abadesa, virgen y fundadora.
En York de Inglaterra, san Wilfrido, obispo y confesor.
En Milán, san Monas, obispo, el cual, tratándose de elegir obispo, rodeado de luz celestial, por esta señal maravillosa fue creado pontífice de aquella Iglesia.
En Verona, san Salvino, obispo.
En Siria, san Eustaquio, presbítero y confesor.
En Áscoli del Piceno, san Serafín, confesor, de la Orden de Menores Capuchinos, señalado en santidad de vida y humildad; a quien el Sumo Pontífice Clemente XIII puso en el catálogo de los santos.
En Bourges, san Pion, presbítero.
En Lorena, santa Libiera, virgen, martirizada bajo Juliano Apóstata, de la que hay muy antigua memoria en Condé en Morín en Brie.
En Bale, san Pantalo, obispo y mártir.
En Maseich de los Países Bajos, santa Herlinda, virgen y abadesa.
En San Seré en Quercy, santa Spera, virgen, venerada como mártir en la iglesia de nombre de dicho pueblo, patrona del vizcondado de Turena.
Entre Novara y Pavia, san Amico y san Amelo, mártires.
En Lodi de Lombardía, san Julián, obispo de aquella ciudad.
En el condado de la Reina, en la provincia de Lagenia en Irlanda, san Fieco, obispo de Sclept.
En el condado de Northumberland en Inglaterra, san Edvin, primer rey cristiano de aquel cantón, muerto injustamente el año decimoséptimo de su reinado.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S. J.