Martirologio romano
En Nápoles de Campania, el tránsito de san Andrés Avelino, clérigo regular y confesor, muy célebre en santidad y en celo de la salvación de las almas; al cual, ilustre en milagros, el papa Clemente XI puso en el catálogo de los santos.
El mismo día, el triunfo de san Trifón, san Respicio y santa Ninfa, virgen, mártires todos.
En Roma, el tránsito de san León I, papa, confesor y doctor de la Iglesia, que por el relevante mérito de sus virtudes es llamado el Grande. En su tiempo se celebró el santo Concilio de Calcedonia, donde él mismo por sus legados condenó a Eutiques, y después con su autoridad confirmó los decretos de aquel Concilio. Por fin, habiendo ordenado muchas cosas y dejado excelentes escritos, cual buen pastor, muy benemérito de la santa Iglesia de Dios y de todo el rebaño del Señor, descansó en paz. Su fiesta se celebra el 11 de abril.
En Iconio de Licaonia, las santa Trifena y santa Trifosa, las cuales, con la predicación de san Pablo y el ejemplo de santa Tecla, adelantaron muchísimo en la perfección cristiana.
En Antioquía, san Demetrio, obispo, san Aniano, diácono, san Eustosio y otros veinte mártires.
En la diócesis de Agde, en Francia, san Tiberio, san Modesto y santa Florencia, mártires, que, en tiempo de Diocleciano, al cabo de varios tormentos, consumaron el martirio.
En Ravena, san Probo, obispo, ilustre en milagros.
En Orleáns de Francia, san Monitor, obispo y confesor.
En Inglaterra, san Justo, obispo, que, enviado por san Gregorio Papa a aquella isla en compañía de Agustín, Melito y otros a predicar el Evangelio, allí, célebre en santidad, descansó en el Señor.
En Melún de Francia, san León, confesor.
En la isla de Paros, santa Teoctiste, virgen.
En San Pauliano en Velay, san Jorge del Puy, primer obispo de aquel país.
En Bayeux, san Spacio, venerado como mártir.
En Clermont, el tránsito de san Quinciano, obispo de aquella ciudad.
En Hirsauge, san Guerembauto, monje.
En África, san Saturnino, san Donato, mártires y otros.
En el mismo lugar, san Candidiano, mártir.
Este mismo día, san Marciano, obispo de una ciudad de Tracia, desterrado por los arianos, venerado en Etiopía.
En los confines de Meath y de Conacia en Irlanda, san Aodo, venerado en aquel país como obispo.
En Alejandría de la Paille, san Baudelino, confesor, celebrado en otro tiempo en toda la orden de los Humillados.
En Roma, el tránsito de san Geogorio, papa, tercero del nombre.
En el condado de Tirconel en Irlanda, santa Sodelva, virgen.
En el monasterio de los Símobolos en Bitinia, san Teostericto, monje.
En Retra, metrópoli de los Esclavones, el bienaventurado Juan Scoto, obispo de Mecklenburgo, martirizado con el príncipe Gotescalco.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S.J.