Martirologio romano
En Roma, en la vía Tiburtina, el triunfo de san Lorenzo, arcediano, el cual, en la persecución de Valeriano, después de muchísimos tormentos de cárcel, varios azotes, varas, plomadas y láminas candentes, por último, asado en unas parrillas de hierro, consumó el martirio. Su cuerpo fue sepultado por san Hipólito y el presbítero Justino en el cementerio de Ciríaca, en el campo Verano.
En España, la Aparición de santa María Virgen, llamada de la Merced, que con este título instituyó la orden de Redención de Cautivos. Su fiesta se celebra el 25 de septiembre.
En Roma, el suplicio de ciento sesenta y cinco santos soldados mártires, en tiempo del emperador Aureliano.
En Alejandría, la conmemoración de los santos mártires que, en la persecución de Valeriano, de orden del presidente Emiliano, atormentados por mucho tiempo con varios y refinados suplicios, lograron con diversos géneros de muerte la palma del martirio.
En Bérgamo, santa Asteria, virgen y mártir, en la persecución de los emperadores Diocleciano y Maximiano.
En Cartago, las santas vírgenes y mártires Basa, Paula y Agatónica.
En Roma, san Diosdado, confesor, el cual, cuanto ganaba en la semana con el trabajo de sus manos, lo repartía el sábado a los pobres.
En Metz, san Auctor, obispo, cuyo cuerpo se venera en Maurmontier.
En Auxerre, san Hugo de Semur, obispo, quien había sido abad de San Germán.
En Carcasona, el venerable Guion, cisterciense, abad de los Valles, diócesis de París, quien trabajó con infatigable celo en la conversión de los albigenses.
En Etiopía, los santos mártires Jacobo, Juan y Abrahán.
En dicho lugar, san Anteo, confesor.
Allí también, san Acrates.
En la isla de Buta, una de las Hébridas en las costas de Escocia, san Blaino, confesor.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S. J.