Martirologio Romano: 1 de junio

Martirologio romano

En Roma, memoria de san Justino, mártir, que, como filósofo que era, siguió íntegramente la auténtica sabiduría conocida en la verdad de Cristo, la cual confirmó con sus costumbres, enseñando lo que afirmaba y defendiéndola con sus escritos.

En Roma, santos Caridad y Caritón, Evelpisto e Hierax, Liberiano y Peón, mártires, que, discípulos del mismo Justino, recibieron junto a él la corona de la gloria.

En Roma, san Juvencio, mártir.

En Autún, los santos Reveriano, obispo, y Pablo, presbítero, con otros diez; los cuales, en tiempo del emperador Aureliano fueron coronados del martirio.

En Cesárea de Palestina, san Pánfilo, presbítero y mártir, varón de maravillosa santidad y doctrina, y dadivoso con los pobres, el cual, en la persecución de Galerio Maximiano, fue por la fe de Cristo atormentado y encarcelado bajo el presidente Urbano; y más tarde bajo Firmiliano, atormentado de nuevo, juntamente con otros consumó el martirio. También, padecieron entonces Valente, Diácono, Paulo y nueve más, cuya memoria se celebra en otros días.

En Capadocia, san Tespesio, mártir, que, bajo el emperador Alejandro y el prefecto Simplicio, después de sufrir otros tormentos, fue degollado.

En Egipto, los santos mártires Isquirión, jefe del ejercicio, y otros cinco soldados, los cuales, imperando Diocleciano, por la fe de Cristo fueron sacrificados con diferentes géneros de muerte.

Igualmente san Firmo, mártir, que en la persecución de Maximiano fue cruelísimamente llagado, apedreado y por último degollado.

En Perusa, los santos mártires Felino y Gratiniano, soldados, que en tiempo de Decio, atormentados con varios suplicios, recibieron, con gloriosa muerte, la palma del martirio.

En Bolonia, san Próculo, mártir, que padeció en el imperio de Maximiano.

En Ameria de Umbría, san Segundo, mártir, que, en tiempo de Dioclecicino, arrojado al Tíber, consumó el martirio.

En Tiferno de Umbría, san Crescenciano, soldado romano, que en tiempo del mismo emperador fue coronado del martirio.

En el monasterio de Lerins, en Francia, san Caprasio, abad.

En el monasterio de Oña, obispado de Burgos, en España, san Íñigo, abad benedictino, ilustre por la gloria de la santidad y de los milagros.

En Brescia, Italia, santa Angela Mérici, virgen, de la tercera Orden de san Francisco, que fue fundadora de la Congregación de Vírgenes de santa Úrsula, y el 27 de enero fue por el celestial Esposo llamada a recibir la inmarcesible corona.

En Montefalco de Umbría, san Fortunato, presbítero, esclarecido en virtudes y milagros.

En Tréveris, san Simeón, Monje, que fue puesto por el Papa Benedicto IX en el número de los Santos.

En Viena, san Claudio, obispo.

En Poytou, san Jovino, solitario.

En Auverña, san Mion, confesor, cuya vida fue un ejercicio continuo de mortificación.

En Tesalónica, san Octavio, mártir.

En Antioquía, san Zózimo y santa Tecla, mártires.

En África, san Crispín, mártir.

Entre los griegos, san Pirro, obispo.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.

 

Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S. J.

Utilizamos cookies en nuestro sitio web

Por favor confirme que acepta nuestras cookies de seguimiento. También puede rechazar el seguimiento para que pueda seguir vistiando nuestro sitio web sin que ningún dato sea enviado a servicios de terceros.