13 de enero: SAN GODOFREDO

Meditaciones

SAN GODOFREDO

Abad

Conforme a la santidad del que os llamó,
sed también vosotros santos en todo vuestro proceder.
(1 Pedro 1, 15)

San Godofredo, conde de Kappenberg, asqueado de la gloria de las armas y de las vanidades del mundo, persuadió a su esposa a que se hiciese monja, consagró todos sus bienes al Señor y convirtió su castillo en convento donde tomó el hábito de la Orden Premonstratense. En el seno de esta ciudadela fue donde comenzó a guerrear contra su cuerpo con sus ayunos y austeridades, contra el mundo con su pobreza y contra el demonio con su obediencia. Murió en 1127 a la edad de treinta años.

MEDITACIÓN SOBRE LA SANTIDAD QUE DIOS NOS PIDE

I. Dios quiere que todos los hombres sean santos. Para eso los ha creado; para eso Jesucristo se encarnó. Todos poseen los medios y las gracias necesarias para alcanzar este fin y, cuando somos fieles a las gracias que recibimos, Dios nos prepara otras más grandes. Pero ¡ay!, en vano será que Dios prodigue todas sus gracias para que seamos santos si nosotros, por nuestra parte, no trabajamos para conquistar la santidad. ¿Quieres en verdad ser santo? Si lo quieres, lo serás. Nada gana Dios con tu santificación, ello no lo hace más feliz; es asunto nuestro: de él depende nuestra eternidad feliz. ¿Qué has hecho hasta aquí, y qué has resuelto hacer en lo porvenir, para llegar a ser santo?

II. Dios no pide que todos los hombres trabajen en su santificación de la misma manera: Él tiene mil caminos diferentes para conducir a sus elegidos a la gloria. Hay santos de todas las condiciones; considera el estado de vida en el que estás colocado, cumple dignamente todos sus deberes: es la santidad a la que Dios te llama. El anacoreta no debe, para santificarse, vivir como el hombre de mundo, ni éste como el anacoreta. Mira si imitas a los santos que han vivido en un estado de vida semejante al tuyo.

III. El que busca y aprovecha todas las ocasiones para santificarse en el género de vida que ha elegido, ése ha dado con el camino más corto que lleva a la perfección. ¿Aprovechas esas ocasiones? ¿Cuántas vehementes inspiraciones no deja Dios de enviarte para atraerte? ¿Qué no hace para desapegar tu corazón del amor a las creaturas? ¿Qué te impide elevarte a Él? ¡Ah! ¡Los primeros cristianos han vencido a los tiranos y, a pesar de los suplicios, han obtenido la corona de la santidad; y a nosotros el apego que tenemos a los placeres de esta vida nos impide llegar a ser santos! Ellos han luchado contra la atrocidad de los tormentos: luchemos nosotros contra las dulzuras de los placeres (San Eusebio de Émeso).

El menosprecio de las riquezas
Orad por los pobres

ORACIÓN

Haced, os rogamos, Señor, que la intercesión de san Godofredo, abad, nos haga gratos a Vuestra Majestad, a fin de que obtengamos por su asistencia lo que no podemos esperar de nuestros méritos. Por J. C. N. S. Amén.

Tomado: de Meditaciones del P. Grosez

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