SAN JUAN
Apóstol, evangelista y apokaleta
Doble de segunda clase
(ornamentos blancos)
Pedro vio venir detrás al discípulo amado de Jesús,
aquél que en la Cena se reclinara sobre su pecho.
(Juan 21, 20)
Epístola
El que teme a Dios, hará buenas obras; y quien observa exactamente la justicia, poseerá la (sabiduría); porque ella le saldrá al encuentro cual madre respetable, y cual virgen desposada le recibirá. Le alimentará con pan de vida y de inteligencia; le dará a beber el agua saludable de la sabiduría, y fijará en él su morada, y él será constante. Será su sostén, y no se verá confundido, sino que será ensalzado entre sus hermanos. En medio de la Iglesia le abrirá la boca, llenándole del espíritu de sabiduría y de inteligencia, y revistiéndole de un manto de gloria. Le colmará de consuelo y de alegría, y le dará en herencia un eterno renombre.
Eclesiástico XV, 1-6
Evangelio
En aquel tiempo: Dijo Jesús a Pedro “Sígueme”. Volviéndose Pedro, vio que los seguía el discípulo al cual Jesús amaba, el que, durante la cena, reclinado sobre su pecho, le había preguntado: “Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?”. Pedro, pues, viéndolo, dijo a Jesús: “Señor: ¿y éste, qué?”. Jesús le respondió: “Si me place que él se quede hasta mi vuelta, ¿qué te importa a ti? Tú sígueme”. Y así se propagó entre los hermanos el rumor de que este discípulo no ha de morir. Sin embargo, Jesús no le había dicho que él no debía morir, sino: “Si me place que él se quede hasta mi vuelta, ¿qué te importa a ti?”. Éste es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y que las ha escrito, y sabemos que su testimonio es verdadero.
Juan XXI, 19-24
Visto en: Santo Evangelio del Día (https://santoevangeliodia.blogspot.com/)