LA CÁTEDRA DE SAN PEDRO EN ANTIOQUÍA
Doble Mayor
(ornamentos blancos)
Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia;
y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella;
y a ti te daré las llaves del reino de los cielos.
(Mateo XVI, 18-19)
Lección
Pedro, apóstol de Jesucristo, a los advenedizos de la diáspora en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos conforme a la presciencia de Dios Padre, por la santificación del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con su sangre: gracia y paz os sean dadas en abundancia. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo que, según la abundancia de su misericordia, nos ha engendrado de nuevo para una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos; para una herencia que no puede corromperse, ni mancharse, ni marchitarse, y que está reservada en los cielos para vosotros los que, por el poder de Dios, sois guardados mediante la fe para la salvación que está a punto de manifestarse en (este) último tiempo. En lo cual os llenáis de gozo, bien que ahora, por un poco de tiempo seáis, si es menester, apenados por varias pruebas; a fin de que vuestra fe, saliendo de la prueba mucho más preciosa que el oro perecedero –que también se acrisola por el fuego– redunde en alabanza, gloria y honor cuando aparezca Jesucristo.
I Pedro I, 1-7
Evangelio
En aquel tiempo: Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, propuso esta cuestión a sus discípulos: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?”. Respondieron: “Unos dicen que es Juan el Bautista, otros Elías, otros Jeremías o algún otro de los profetas”. Díjoles: “Y según vosotros, ¿quién soy Yo?”. Respondiole Simón Pedro y dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo”. Entonces Jesús le dijo: “Bienaventurado eres, Simón Bar Yoná, porque carne y sangre no te lo reveló, sino mi Padre celestial. Y Yo, te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del abismo no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del reino de los cielos: lo que atares sobre la tierra, estará atado en los cielos, lo que desatares sobre la tierra, estará desatado en los cielos”.
Mateo XVI, 13-19
Visto en: Santo Evangelio del Día (https://santoevangeliodia.blogspot.com/)