Santo Evangelio del Día: 16 de febrero

Miércoles de Ceniza

VIERNES DESPUÉS DE CENIZA

Simple
(ornamentos morados)

“Señor, vivifícame según tu palabra, para
que conozca tus mandamientos”.

(Salmos CXVIII, 154)

 

Lección

Esto dice el Señor: Clama a voz en cuello y no ceses; cual trompeta alza tu voz; denuncia a mi pueblo sus maldades, y a la casa de Jacob sus pecados. Me buscan día tras día y se deleitan en conocer mis caminos, como si practicasen la justicia, y no hubiesen abandonado la ley de su Dios. Me piden juicios justos, y pretenden acercarse a Dios. (Dicen): “¿Por qué ayunamos, si Tú no lo ves? ¿Por qué hemos humillado nuestra alma, si Tú te haces el desentendido?”. Es porque en vuestro día de ayuno andáis tras vuestros negocios y apremiáis a todos vuestros trabajadores. He aquí que ayunáis para hacer riñas y pleitos, y para herir a otros, impíamente, a puñetazos. No ayunéis como ahora, si queréis que en lo alto se oiga vuestra voz. ¿Es éste el ayuno que Yo amo? ¿(Es éste) el día en que el hombre debe afligir su alma? Encorvar la cabeza como el junco y tenderse sobre saco y ceniza, ¿a esto llamáis ayuno, día acepto al Señor? El ayuno que Yo amo consiste en esto: soltar las ataduras injustas, desatar las ligaduras de la opresión, dejar libre al oprimido y romper todo yugo, partir tu pan con el hambriento, acoger en tu casa a los pobres sin hogar, cubrir al que veas desnudo, y tratar misericordiosamente al que es de tu carne. Entonces prorrumpirá tu luz como la aurora, y no tardará en brotar tu salvación; entonces tu justicia irá delante de ti, y detrás de ti la gloria del Señor. Entonces clamaras, y el Señor te responderá; y si pides auxilio dirá: “Heme aquí”, con tal que apartes de en medio de ti el yugo y ceses de extender el dedo y hablar maldad.

Isaías LVIII, 1-9

Evangelio

En aquel tiempo: Dijo Jesús dijo a sus discípulos: “Oísteis que fue dicho: «Amarás a tu prójimo, y odiarás a tu enemigo». Mas Yo os digo: “Amad a vuestros enemigos, y rogad por los que os persiguen, a fin de que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace levantar su sol sobre malos y buenos, y descender su lluvia sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿Los mismos publicanos no hacen otro tanto? Y si no saludáis mas que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis vosotros de particular? ¿No hacen otro tanto los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”.

Mateo V, 43-48

Visto en: Santo Evangelio del Día (https://santoevangeliodia.blogspot.com/)

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