Santo Evangelio del Día: 17 de septiembre

Septiembre17

IMPRESIÓN DE LAS SAGRADAS LLAGAS
EN SAN FRANCISCO

Doble
(ornamentos blancos)

¿Hay entre vosotros alguno que esté triste?
Que haga oración.

(Santiago 5, 13)

Epístola

En cuanto a mí ¡Dios me libre gloriarme si nos es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo es para mí un crucificado y yo un crucificado para el mundo! Porque nada cuenta ni la circuncisión ni la incircuncisión, sino la creación nueva. Y para todos los que se sometan a esta regla, paz y misericordia, lo mismo que para el Israel de Dios. En adelante nadie me moleste, pues llevo sobre mi cuerpo las señales de Jesús. Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.

Gálatas VI, 14-18

Evangelio

En aquel tiempo: Habiéndose congregado mucha gente, y viniendo a Jesús de todas las ciudades, dijo en parábola: “Salió un sembrador a sembrar su simiente; y al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino, fue pisada, y las aves del cielo se la comieron; otra cayó sobre piedra, y después de brotar, se secó, por no tener humedad; otra cayó en medio de abrojos, y creciendo con ella los abrojos, la ahogaron. Y otra cayó en tierra buena, y creciendo dio fruto centuplicado”. Dicho esto, exclamó: “El que tenga oídos para oír, que oiga”. Le preguntaban sus discípulos qué significaba esta parábola, y él dijo: “A vosotros se os ha dado el conocer los misterios del Reino de Dios; a los demás sólo en parábolas, para que viendo, no vean y, oyendo, no entiendan. La parábola quiere decir esto: La simiente es la Palabra de Dios. Los de a lo largo del camino, son los que han oído; después viene el diablo y se lleva de su corazón la Palabra, no sea que crean y se salven. Los de sobre piedra son los que, al oír la Palabra, la reciben con alegría; pero éstos no tienen raíz; creen por algún tiempo, pero a la hora de la prueba desisten. Lo que cayó entre los abrojos, son los que han oído, pero a lo largo de su caminar son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y no llegan a madurez. Lo que cayó en buena tierra, son los que, después de haber oído, conservan la Palabra con corazón bueno y recto, y dan fruto con perseverancia”.

Lucas VIII, 4-15

Visto en: Santo Evangelio del Día (https://santoevangeliodia.blogspot.com/)

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