Martirologio romano
En Roma, en Letrán, la Dedicación de la Basílica del Santísimo Salvador (San Juan de Letrán), que es madre y cabeza de todas las Iglesias de la ciudad y del orbe.
En Amasea del Ponto, el triunfo de san Teodoro, soldado, el cual, en tiempo del emperador Maximiano, fue por la confesión de Cristo reciamente azotado y encerrado en una cárcel; después fue consolado por el Señor, que se le apareció y animó a pelear constante y varonilmente; por último, suspendido en el potro y desgarrado con uñas aceradas hasta vérsele las entrañas, le quemaron sobre brasas encendidas. San Gregorio Niceno celebró sus alabanzas en un excelente panegírico.
En Tyana de Capadocia, el martirio de san Orestes, en tiempo del emperador Diocleciano.
En Salónica, san Alejandro, mártir, imperando Maximiano.
En Bourgues de Aquitania, san Ursino, confesor, que, ordenado en Roma por los sucesores de los Apóstoles, fue nombrado primer obispo de aquella ciudad.
En Nápoles de Campania, san Agripino, obispo, ilustre en milagros.
En Constantinopla, las vírgenes santa Eustolia, natural de Roma, y santa Sópatra, hija del emperador Mauricio.
En Beirout de Siria, la conmemoración de la Imagen del Salvador, la cual, crucificada por los judíos, derramó tan copiosa sangre, que se distribuyó con abundancia por las Iglesias de Oriente y Occidente.
En el Berri, san Leocadio, senador, padre de san Ludro.
En el Nivernais, san Morino, diácono.
En el Vivarais, san Montano, eremita.
En Verdún, san Vanno, obispo.
En Telu en Artois, el tránsito de san Renón, venerado como mártir en aquel país.
En Lodove, el bienaventurado Jorge, obispo, que había sido monje de Conques de Ruerga.
En Tolosa, san Raimundo, apellidado Scriptoris, arcediano.
En Córdoba de España, la fiesta de san Fausto, san Januario y san Marcial, mártires.
En Milán, san Aurelio, obispo de Ariarata, en los confines de Armenia y de Capadocia.
En Constantinopla, santa Matrona, abadesa, discípula de san Basiano el Acemeta.
En Etiopía, san Juan de Bizana, presbítero y monje.
En Irlanda, san Mocona, confesor.
En Monster, san Erfón, decimoséptimo obispo de aquella ciudad.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S.J.