Martirologio romano
En Fabriano del Piceno, san Silvestre, abad, fundador de la Congregación de los Monjes Silvestrinos.
En Alejandría, el tránsito de san Pedro, obispo de la misma cuidad, y mártir, que estando adornado de todas las virtudes, allí mismo, por orden de Galerio Maximiano, fue decapitado.
Padecieron también en Alejandría, durante la misma persecución, los santos mártires Fausto, presbítero, Didio y Anmonio; asimismo, cuatro obispos de Egipto, a saber: Fileas, Esiquio, Pacomio y Teodoro, con otros seiscientos sesenta, a quienes la espada de la persecución elevó a los cielos.
En la granja llamada Frátta, en: el territorio de Rovigo, san Belino, obispo de Padua y mártir, que, por defender con tesón los derechos de la Iglesia, acometido cruelmente de los asesinos y acribillado de heridas, entregó su espíritu.
En Nicomedia, san Marcelo, presbítero, que, en tiempo de Constancio, precipitado de una roca por los arrianos, murió mártir.
En Roma, san Siricio, papa y confesor, preclaro en doctrina, piedad y celo de la religión, el cual condenó a varios herejes, y, con muy saludables decretos, renovó la disciplina eclesiástica.
En Autún, san Amador, obispo.
En Constanza de Alemania, san Conrado, obispo.
En Roma, san Leonardo de Puerto Mauricio, sacerdote de la Orden de Menores y confesor, señalado por el celo de las almas y sus misiones por Italia, a quien canonizó el sumo pontífice Pío IX; y el papa Pío XI eligió y constituyó celestial Patrono de los Sacerdotes que se dedican a las sagradas Misiones del pueblo en las regiones católicas de todo el mundo.
En territorio de Reims, el tránsito de san Básolo, confesor.
En Adrianópolis de Paflagonia, san Estiliano, anacoreta, esclarecido en milagros.
En la Armenia, san Nicón, monje.
En Poitou, san Justo, confesor.
En el país de Morvan en los confines del Nivernais, diócesis de Autín, santa Magnencia, virgen.
En San Prieto de Viena cera de Aisse en el Limosín, san Martín de Corbia, monje, confesor de Carlos Martel.
En Roma, el natalicio de san Lino, papa, predecesor de san Anacleto.
En Milán, san Audencio, senador.
En Siria, Santiago el Hipetra, solitario.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S.J.