Martirologio romano
En Perga de Panfilia, el triunfo de san Néstor, obispo; el cual, en la persecución de Decio, suplicando instantemente a Cristo día y noche que custodiase su grey, fue preso, y luego, por confesar con admirable libertad y alegría el nombre del Señor, fue atormentado cruelmente en el potro, de orden del presidente Folión, y, por último, protestando constantemente que estaría siempre unido a Cristo, colgado de una cruz voló vencedor al cielo.
En la misma ciudad, el suplicio de los santos Papías, Diodoro, Conón y Claudiano, que precedieron a san Néstor en el martirio.
También los santos mártires Fortunato, Félix y otros veintisiete.
En Alejandría, san Alejandro, obispo, glorioso anciano, sucesor de san Pedro, obispo de la misma ciudad, que, inflamado en el celo de la fe, arrojó de la Iglesia a su presbítero Arrio, contaminado con la herética impiedad y convencido con la verdad divina; después, entre los trescientos dieciocho padres del Concilio Niceno, condenó a dicho heresiarca.
En Bolonia, san Faustiniano, obispo; el cual, con la virtud de su predicación, confirmó y acrecentó aquella Iglesia, vejada por la persecución de Diocleciano.
En Gaza de Palestina, san Porfirio, obispo, que, imperando Arcadio, echó por tierra el ídolo Marnas y su templo, y, después de muchos tormentos, descansó en el Señor.
En Florencia, san Andrés, obispo y confesor.
En territorio de Arcis, en Francia, san Víctor, confesor, cuyas alabanzas escribió san Bernardo.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S.J.