Martirologio romano
La Natividad de san Juan Bautista, Precursor del Señor, hijo de los santos Zacarías e Isabel; el cual fue lleno del Espíritu Santo estando aún en las entrañas de su madre.
En Roma, la conmemoración de muchísimos santos mártires, que, acusados calumniosamente por el emperador Nerón, para apartar de sí la odiosidad de haber puesto fuego a la Ciudad, fueron, de orden del mismo, cruelísimamente muertos con diversos géneros de suplicios; porque unos, cubiertos con pieles de fieras, fueron expuestos a las mordeduras de los perros; otros fueron crucificados; a otros pegaron fuego, a fin de que sirviesen de luminarias durante la noche. Todos ellos eran discípulos de los apóstoles y primicias de los mártires que la Iglesia Romana, campo fértil en mártires, envió al cielo antes de la pasión de los apóstoles.
Allí mismo, los santos mártires Fausto y otros veintitrés.
En Malinas de Brabante, el suplicio de san Rumoldo, obispo de Dublín y mártir, descendiente del rey de los escoceses.
En Sátala de Armenia, siete santos hermanos mártires, a saber: Orencio, Eróes, Farnacio, Fermín, Firmo, Ciríaco y Longino, soldados; a los cuales, por ser cristianos, el emperador Maximiano privó del cinto militar, y separados unos de otros, los desterró a diferentes lugares, donde, en medio de dolores y trabajos, descansaron en el Señor.
En la aldea de Creteil, territorio de París, el martirio de los santos Agoardo y Agliberto, con otros innumerables de uno y otro sexo.
En Autún, la dichosa muerte de san Simplicio, obispo y confesor.
En Lobbe de Bélgica, san Teodulfo, obispo.
En Poitu, la muerte de santa Pechina, virgen.
En Nantes, san Goberdo, obispo, sacrificado por los normando con una parte de su clerecía y pueblo, al cantar Sursum corda.
En Auxerra, san Erry, fraile de san Germán.
En Marsigny en Borgoña, el venerable Raigardo, de la orden de Cluni.
En Tesalónica, el martirio de santa Lucca y otros muchos.
En Constantinopla, el martirio de san Urbas y compañeros hasta setenta y nueve, quemados vivos bajo Valente.
En Roma, el fallecimiento de santa Rómula, mencionada por san Gregorio en dos lugares de sus obras.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S. J.