Martirologio romano
En Narbona de Francia, el tránsito de san Pablo, obispo, discípulo de los apóstoles, de quien es tradición fue el procónsul Sergio Pablo a quién bautizó el apóstol san Pablo, y de camino para España, dejó en Narbona, y allí fue consagrado obispo de aquella ciudad, donde, cumplido diligentemente el ministerio de la predicación y esclarecido en milagros, subió al cielo.
En Terracina de Campania, san Epafrodito, discípulo de los apóstoles, el cual fue ordenado obispo de aquella ciudad por el apóstol san Pedro.
En Ancira de Galacia, san Basilio, presbítero y mártir, que, en tiempo de Juliano Apóstata, probado con gravísimos suplicios, dio su espíritu a Dios.
En Cartago, san Octaviano, arcediano, con muchos millares de mártires, que en odio de la fe católica fueron muertos por los vándalos.
En África, los santos mártires Saturnino y otros nueve.
En Galacia, el triunfo de las santas mártires Calinica y Basilisa.
En Roma, san Zacarías, papa, que gobernó con suma diligencia la Iglesia de Dios, y esclarecido en méritos, murió en paz.
En Cartago, san Deogracias, obispo de Cartago, el cual rescató a muchísimos cautivos, conducidos de Roma por los vándalos, y célebre en otras santas obras, descansó en el Señor.
En Osimo del Piceno, san Bienvenido, obispo.
En Suecia, santa Catalina, virgen, hija de santa Brígida.
En Roma, santa Lea, viuda, cuyas virtudes y dichosa muerte escribe san Jerónimo.
En Génova, santa Catalina, viuda, ilustre por el desprecio con que trataba al mundo y por el grande amor que tenía a Dios.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S.J.